"(El Ejército federal de Etiopía) ha empezado una campaña conjunta con las tropas invasoras de Eritrea para exterminar y tratar de una manera brutal al pueblo de Tigré", señaló el Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT), partido que gobernaba esa región antes de inicio del conflicto armado en noviembre de 2020, en un comunicado.
Según el FPLT, las Fuerzas Armadas etíopes iniciaron esta mañana nuevas ofensivas en cuatro frentes, desde las localidades de Fiqya Gebre hasta Ademeyti, desde Selamo a Sheraro, desde Gobo Tsin'at hasta Adi Aser y Irdi Mathias, y desde Adi Goshu hasta Adi Aser, en el noroeste de Tigré.
Los rebeldes tigrinos también lamentaron el "rechazo" del Gobierno federal por empujar unas posibles conversaciones de paz, desplegando en su lugar "una fuerza extraordinariamente grande" asociada "con una fuerza extranjera".
Efe se puso en contacto con los portavoces del Gobierno federal, pero rechazaron hacer comentarios sobre estos presuntos movimientos del Ejército.
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En su lugar, los portavoces deploraron la apertura de un nuevo frente cerca de la frontera de Sudán el pasado miércoles, en la dirección de Wag, Wolqait y nuestras áreas fronterizas con Sudán.
El pasado 24 de agosto, el Gobierno de Etiopía y los rebeldes tigrinos reanudaran las hostilidades y se culparan mutuamente de romper la tregua vigente.
Las hostilidades marcaron el fin de la "tregua humanitaria indefinida" declarada el pasado marzo por el Gobierno y el compromiso de los rebeldes a un "cese de las hostilidades".
También supone un mazazo para los intentos de iniciar conversaciones de paz entre el Ejecutivo que dirige el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, y el FPLT.
El pasado viernes, cuatro civiles -dos niños entre ellos- murieron en un ataque aéreo contra Mekele, según informaron a Efe fuentes hospitalarias.
Asimismo, el portavoz del FPLT, Getachew Reda, y los medios de comunicación de Tigré denunciaron bombardeos de drones contra el hospital de Mekelle, la capital regional, durante la noche de este martes al miércoles.
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy ordenó una ofensiva contra el FPLT en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia.
