En su primer discurso sobre el estallido como mandatario, Boric instó a la sociedad a "salir de las trincheras" que la dividen, propuso a los partidos trabajar juntos para solucionar los problemas acuciantes, condenó la violencia, defendió la protesta y pidió que se investiguen y no se olviden las graves violaciones de los derechos humanos que entonces se perpetraron.
En respuesta, el alcalde de la comuna de la Florida, una de las que integran la capital, Rodolfo Carter, atacó con dureza al mandatario, al que acusó de ser uno de los que instigaron la revuelta y la violencia en 2019.
"Esperamos que las autoridades que hoy día están en el Gobierno, que antes estaban en la oposición y que estuvieron en Plaza Italia y enfrentaron a Carabineros (Policía Militarizada) y a las Fuerzas Armadas, como lo evidencian los tuits que han tratado de borrar, hoy asuman la jefatura del Estado como corresponde, con una sola voz que diga no a la violencia“, afirmó
“No podemos confundir las demandas sociales legítimas. ¿Qué duda cabe que Chile requiere un montón de reformas? Desde luego (…) pero hay que evitar que este clima de ambigüedad siga generando la posibilidad de que los violentos maten a Carabineros, arrinconen a los ciudadanos y vivamos en un país mucho peor que antes del 18 de octubre de 2019“, agregó Carter, antiguo miembro de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ahora independiente.
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El secretario general de Renovación Nacional, Diego Schalper, tildó al mandatario de izquierda de "malabarista político" y lo acusó de ser tibio y poco sincero por no pedir perdón por su participación en las protestas de 2019 y por criticar la acción de las fuerzas de Seguridad, y en particular del polémico cuerpo de Carabineros.
La citada institución policial militarizada ha sido acusada tanto en Chile como en el exterior de graves violaciones de los derechos humanos durante la represión, en la que murieron una treintena de personas, miles más resultaron heridos y contusionados, cientos sufrieron traumas oculares y millares más sufrieron abusos.
"Hablarle a todos y no hablarle a nadie. Tirarle un gesto a Carabineros, pero hacerlo con una tibieza tal que se suponen ciertos delitos que no han sido juzgados por la justicia y creer que con eso se les respalda", señaló Schalper.
Algo más conciliador estuvo el senador de Democracia Cristina (DC) Matías Walker, quien aplaudió que con el paso del tiempo el presidente pueda ponderar mejor las cosas, aunque arremetió contra sus apenas seis meses de gobierno.
"Hoy los chilenos y chilenas tienen claro que después de tres años del 18 de octubre somos un país más pobre, más desigual, con más violencia y con más delincuencia, y eso hay que asumirlo. Los chilenos nos entregaron un mensaje el 4 de septiembre, quieren cambios”.
Para Sergio Bobadilla, diputado UDI, el discurso de este martes demuestra que "el Gobierno asume que ha sufrido una derrota ideológica como también reconoce que no ha existido una violación sistemática los derechos humanos. Se distancia ostensiblemente del Partido Comunista al condenar la violencia".
La posición más dura la adoptó el Partido Republicano, que incluso impidió que se guardara un minuto de silencio en el Parlamento por las víctimas del estallido.
“No se iba a hacer un minuto de silencio por todos los chilenos que sufrieron las consecuencias del octubrismo violentista, sino que se iba a hacer un minuto de silencio por personas -algunas de las cuales son perfectamente inocentes y sufrieron daños- pero también por aquellos que eran culpables y sufrieron daños durante lo que era la necesaria y justa represión del violentista”, afirmó el diputado Johannes Kaiser.
