"Es con inmensa pena que hoy presento mi renuncia como comisionada y vicepresidenta de la IEBC", dijo Cherera en una carta difundida este lunes y dirigida al presidente del país, William Ruto.
Cherera tomó esta decisión después de que Ruto suspendiera la semana pasada temporalmente a los cuatro comisionados rebeldes que, poco antes de que el presidente de la IEBC, Wafula Chabukati, anunciara el vencedor de los comicios el 15 de agosto, se desvincularon de los resultados al afirmar que el conteo había sido "opaco".
"El cúmulo de mis acciones realizadas de buena fe son mal juzgadas y mal interpretadas, lamentablemente. Después de una atenta consideración de los últimos acontecimientos en la comisión y tras consultar con mi familia y abogados, acepto que mi permanencia en la comisión ya no es sostenible", añadió Cherera, cuya dimisión siguió a la de otro de los funcionarios electorales el viernes pasado.
Siguiendo las conclusiones del Comité de Justicia y Asuntos Legales del Parlamento tras la presentación de varias peticiones por particulares y partidos para el cese de los comisionados, Ruto los suspendió el pasado 2 de diciembre y formó un tribunal que cuenta con un plazo de 30 días para investigar el caso y hacer una recomendación "vinculante".
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Según la IEBC, el presidente ganó los comicios con el 50,49 % de los votos, mientras su principal rival, el ex primer ministro y líder de la oposición, Raila Odinga, se llevó el 48,85 % de los sufragios.
Pero Odinga, de 77 años y que optaba por quinta vez a la Presidencia, tildó las cifras de "ilegales" y buscó la anulación de las elecciones a través de un recurso ante el Tribunal Supremo.
En un fallo definitivo que no admitía apelación, la corte rechazó el pasado 5 de septiembre las alegaciones de Odinga, quien alegó que piratas informáticos irrumpieron en los servidores de la IEBC y "convirtieron, manipularon y arrojaron ilegalmente" formularios utilizados para tabular los resultados de los colegios electorales.
Igualmente, el líder opositor argumentaba que Ruto no alcanzó el umbral constitucional del 50 % más uno de los votos válidos emitidos para evitar una segunda vuelta electoral.
Esta batalla legal sumió a Kenia, un aliado de Occidente clave en la inestable región del Cuerno de África y sede regional de muchas empresas y organizaciones internacionales, en un periodo de gran incertidumbre, aunque no se produjeron las olas de violencia que empañaron anteriores elecciones.