Una víctima de los abusos dice que no llorarán la muerte del cardenal Pell

Este artículo tiene 2 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2393

Sídney (Australia), 11 ene (EFE).- El australiano Phil Nagle, uno de los miles de supervivientes de abusos sexuales en la Iglesia católica, dijo este miércoles que no llorarán la muerte del cardenal George Pell, mientras que políticos conservadores australianos ensalzaron la figura de quien fuera número 3 del Vaticano.

Pell, quien fue declarado culpable en 2018 y condenado a seis años de prisión en Australia por abusar sexualmente de dos menores en la década de los noventa aunque fue absuelto en 2020, murió anoche en Roma debido a complicaciones cardíacas a raíz de una operación de cadera, indicó el arzobispo de Melbourne, Peter Comensoli.

"Ninguno de nosotros va a derramar una lágrima", dijo Nagle, quien, junto con otros supervivientes de abusos sexuales cometidos por religiosos, acusó a Pell de haber defendido a la Iglesia católica en detrimento de las víctimas, informó el diario "The Sydeny Morning Herald".

Una comisión especial, que recibió unas 4.500 quejas contra más de 1.800 religiosos por abusos sexuales cometidos entre 1985 y 2015, determinó en 2017 que Pell era "consciente" del problema en la Iglesia, algo que el cardenal negó.

Anteriormente, Pell sí reconoció que en la década de 1980 existía "un mundo de crímenes y encubrimientos" en la Iglesia católica para proteger a la institución.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

"Para muchos supervivientes del abuso del clero, particularmente aquí en Australia, George Pell era un símbolo del sistema que repetidamente puso los intereses de la Iglesia católica por encima del interés y el bienestar del resto", señaló Clare Leaney, directora de In Good Faith Foundation, que trabaja con víctimas de abusos.

Paul Levey, víctima del sacerdote australiano convicto por pederastia Gerald Ridsdale, también expresó su descontento con la Iglesia católica y Pell.

"Leí mensajes de muchos supervivientes..., algo de celebración hay entre la comunidad de supervivientes", apostilló Levey, según el canal australiano ABC.

El cardenal, una figura importante de la Iglesia en Australia que llegó a ocupar el puesto de secretario de Economía del Vaticano entre 2014 y 2019, llegó a pasar trece meses en prisión tras su primera sentencia hasta que en abril de 2020 fue revertida en última instancia.

Antes de su fallecimiento, un tribunal de Australia abordaba desde julio del año pasado una demanda civil contra la Archidiósesis Católica de la ciudad de Melbourne y el cardenal australiano presentada por el padre de uno de los dos niños que presuntamente fueron abusados sexualmente por Pell.

La firma de abogados Shine Lawyers, que representa al padre de la víctima, indicó hoy en un comunicado que continuará con el proceso "contra la iglesia y cualquier patrimonio que haya dejado Pell".

El político laborista Steve Dimopoules, de la región de Victoria -donde se acusó a Pell de cometer los abusos-, declaró a los medios que su fallecimiento es "un día muy difícil para la familia y los seres queridos del cardenal, pero también para los supervivientes y víctimas de abuso sexual infantil y sus familias".

Entre los férreos defensores del cardenal fallecido destaca el ex primer ministro conservador Tony Abbot (2013-2015), que en un comunicado calificó a Pell como "un santo de nuestros días" y tildó su encarcelamiento como una "forma moderna de crucifixión" en vida.

"Su fe profunda y compasiva lo sostuvo durante más de 400 días en prisión por presuntos delitos que muchos, incluido yo mismo, creíamos que nunca debieron haber sido objeto de acusaciones", dijo por su parte John Howard, primer ministro conservador entre 1996 hasta 2007.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, expresó sus condolencias e indicó que "en los próximos días" habrá una misa en el Vaticano y, una vez el cadáver de Pell regrese al país, otro acto funerario en la catedral de Santa María, en Sídney.

Pell desempeñó el puesto de arzobispo de Melbourne y Sídney antes de convertirse en uno de los principales ayudantes del Papa Francisco, que en 2014 lo nombró número 3 del Vaticano para atajar los escándalos en torno a las finanzas de la Santa Sede.

No obstante, la sospecha por los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica en Australia, varios cometidos en su natal Ballarat, le persiguieron durante gran parte de su vida religiosa.

Pell siempre se declaró "inocente" de todas las acusaciones, aunque un tribunal australiano lo encontró culpable en diciembre de 2018 por cinco delitos de abuso sexual, uno de ellos por penetración oral, a dos menores del coro de St Patrick cuando se desempeñaba como arzobispo de Melbourne y posteriormente lo condenó a seis años de prisión.

El fallo fue ratificado en agosto de 2019, aunque la condena fue revertida en abril de 2020 por la máxima instancia judicial de Australia con base en el "beneficio de la duda razonable".

Meses después de ser absuelto, Pell regresó a Roma, donde ha fallecido la noche del martes.