"Hay muchas razones para cuestionar la teoría de un accidente de tráfico y es esencial una investigación rápida y efectiva, con la ayuda de experiencia internacional, para determinar si fue asesinado", dijo en un comunicado difundido a última hora de ayer Lewis Mudge, director para África central de la organización.
Según confirmó a EFE este jueves un pariente que pidió el anonimato, la Policía Nacional de Ruanda contactó a la familia para que recogiera el cuerpo de Williams de la morgue del hospital King Faisal en la capital, Kigali.
La Policía aseguró a la familia que el activista murió en un accidente el martes pasado, después de que el mototaxi en el que viajaba fuera golpeado por un vehículo que lo dejó muerto en el lugar de la colisión, aunque el conductor sobrevivió pese a resultar herido.
"Las circunstancias de su muerte aún no se han establecido", señaló también el jueves a través de la red social TWitter el diario The Chronicles, del que Williams era editor.
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En este sentido, HRW subrayó que, hasta la fecha, la Policía "no ha proporcionado detalles del accidente, como el informe policial, su ubicación exacta o información sobre los otros implicados", mientras la ONG no ha podido encontrar ningún registro de un accidente acontecido en la fecha indicada.
Williams era conocido por sus historias de investigación en los campos de los derechos humanos, la desaparición de miembros de la oposición o el desalojo forzoso de personas en barrios marginales.
El periodista había recibido en el pasado amenazas de muerte, había sufrido detenciones y era objeto de ataques en internet.
"Me lo han dicho cinco o seis veces. Recibo llamadas telefónicas de números privados. Algunas personas (de los servicios de inteligencia) han venido a mi casa en dos ocasiones para decírmelo. Los NISS (Servicios Nacionales de Inteligencia y Seguridad) me han dicho: 'Si no cambias tu tono (...) ya verás lo que te pasará", confió a HRW en 2022 el propio informador.
Durante veinte años de carrera periodística, el activista trabajó para varios medios ruandeses y también era propietario del portal digital Ireme News.net, que fue bloqueado, y de un canal de YouTube, Pax Tv Ireme News, donde publicó la mayoría de sus investigaciones.
"Dado que, sistemáticamente, las autoridades de Ruanda no han garantizado investigaciones creíbles ni la rendición de cuentas por muertes sospechosas de opositores políticos o críticos (...) expertos extranjeros como el relator de Naciones Unidas en ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias debería estar implicado en la investigación", señaló HRW.
Desde su llegada al poder en 2000, el presidente ruandés, Paul Kagame, ha conseguido reconocimiento internacional por sus éxitos económicos y la reconstrucción del país tras el genocidio de 1994.
Sin embargo, organizaciones pro derechos humanos han denunciado en numerosas ocasiones detenciones arbitrarias y desapariciones de disidentes a manos de su Gobierno.
En el pasado, opositores en Ruanda han sido asesinados o han desaparecido por motivos que la oposición ha descrito como "políticos".
El informe "Libertad en el Mundo 2022" de Freedom House concluyó que, si bien el régimen ruandés ha mantenido la estabilidad y el crecimiento económico en el país, también ha reprimido la disidencia política mediante la vigilancia generalizada, la intimidación, la tortura y presuntos asesinatos de disidentes exiliados.
