"Se trata de rutas únicas, en el sentido directo de la palabra, muy interesantes, diría incluso que emocionantes, y totalmente incomparables", afirmó el mandatario en referencia a esas regiones del Lejano Oriente ruso.
Putin recalcó que "naturalmente hay que dedicar la atención necesaria al desarrollo de este destino" turístico.
Durante la reunión, el ministro de Recursos Naturales y Ecología de Rusia, Alexandr Kozlov, afirmó que en las regiones de Kamchatka y Primorie, junto a las islas Kuriles, hay diez reservas naturales que atraen gran cantidad de turistas.
Entre ellas destacó dos parques nacionales, "Tierra del leopardo" y "Beringuia", y ocho zonas vedadas.
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Las islas Kuriles son la manzana de la discordia entre Moscú y Tokio desde la Segunda Guerra Mundial (1939-45), cuando se incorporaron a la antigua Unión Soviética (URSS) en virtud del Tratado de San Francisco.
En 1956, la URSS y Japón suscribieron una declaración por la que reanudaron relaciones diplomáticas y establecieron las normas para la potencial firma de un tratado de paz, que incluía la devolución a Japón de dos de las cuatro islas Kuriles.
Ambos países renunciaron a este acuerdo por distintos motivos, pero Tokio sigue reclamando las cuatro islas, una disputa que sigue suponiendo uno de los mayores puntos de fricción entre los dos países y la causa principal de que todavía no hayan firmado un acuerdo de paz tras el conflicto bélico mundial.
