El encuentro con Modi, previsto para el lunes, es el acto más destacado de la agenda de la visita de Kishida, que se prolongará hasta el próximo miércoles, y que llega con Japón en la presidencia de turno del G7 y con la India al frente del G20.
Se espera que ambos líderes reafirmen su compromiso para lograr "un Indopacífico libre y abierto", como se denomina a la estrategia promovida por Washington y Tokio para contrarrestar el creciente peso geopolítico de China en la región, y que ha respaldado también el grupo Quad, en el que se integra la India.
Kishida enfatizará en el encuentro la importancia de mantener un orden internacional basado en las normas y la necesidad de presionar a Rusia para poner fin a su invasión de Ucrania, en línea con el G7 pero en contraste con la postura de la India, aliado histórico de Moscú y que ha insistido en la necesidad de resolver el conflicto iniciado por el Kremlin por la vía del diálogo.
El líder nipón también aprovechará su viaje para tratar de estrechar lazos con los países en vías de desarrollo llamados el Sur Global -muchos de ellos declarados neutrales ante la guerra de Ucrania-, y para buscar más apoyos en el G20 que se posicionen con claridad contra Moscú, según señalaron fuentes gubernamentales.
La cumbre de ministros de Exteriores del G20 que acogió la India a comienzos de mes concluyó sin una declaración conjunta debido, precisamente, a las divisiones en torno a la guerra de Ucrania.
Japón organizará a finales del próximo mayo la cumbre de líderes del Grupo de los Siete en la ciudad nipona de Hiroshima, con la intención de que sirva para escenificar la unidad contra Rusia y la voluntad conjunta de seguir aplicando sanciones a Moscú, e incluso a terceros países que le apoyen en la guerra, hasta que acabe el conflicto.