"Es que la vida no puede pararse. Si abandonamos la música significará que Rusia, que intenta destrozarnos la vida lo más posible, consigue su objetivo", dice a EFE Marichka Chichkova, música y gestora cultural, en un escenario al aire libre en la parte vieja de la ciudad.
Al lugar le han puesto el nombre de Gulevych, que era amigo suyo y fue voluntario en el Ejército cuando Rusia invadió el país en febrero de 2022.
Intelectual y también gestor cultural, él fue uno de los que ayudó a Chichkova a lanzar la celebración anual del Día Mundial de la Música en Leópolis en 2013. Diez años después, ya no está vivo, le mató un francotirador ruso poco antes de Año Nuevo cerca de Bajmut.
Como muchos otros civiles, cientos de músicos y otros representantes de la industria se presentaron como vountarios o fueron reclutados en el Ejército para ayudar a repeler el ataque ruso.
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"Uno de cada tres músicos que conozco está ahora en el Ejército", dice Chichkova.
MÚSICA Y GUERRA: APOYAR A LOS SOLDADOS Y CONECTAR CON EL MUNDO
Chichkova cuenta que celebrar el Día Mundial de la Música en medio de la guerra, con 145 músicos que actuaron el miércoles en 44 escenarios para promover su arte, se encontró con reacciones diversas.
"Una madre con dos hijos luchando en el frente, me dijo que no podía entender cómo nadie puede cantar en tiempos como estos", relata.
Chichkova subraya, sin embargo, que muchos soldados le apoyaron y dijeron que justamente eso es lo que los ucranianos necesitan para poder seguir con sus vidas.
Unirse a esa celebración mundial además fortalece la unidad de los ucranianos con otras nacionalidades, lo que resulta especialmente importante para el país mientras lucha contra una amenaza a su existencia.
Una iniciativa de recaudación de fondos intenta conseguir equipos para más de cien músicos que se han convertido en soldados, dice a EFE Kateryna Voichuk, cofundadora de la fundación benéfica "Músicos en defensa de Ucrania".
Algunos de ellos actuaron el miércoles, ya fuera porque estaban de permiso o porque estaban en recuperación tras resultar heridos.
MÚSICA COMO TERAPIA EN MEDIO DE LA GUERRA
Una atmósfera festiva, inusual en días de alarmas antiaéreas e informaciones inquietantes procedentes del frente, ha contribuido también para llevar algo de alivio a los ciudadanos.
"Necesitamos algo que nos ayude a estar bien en medio de todo esto", reconoce a EFE Vasyl, un espectador.
Aunque en relativa seguridad comparada con otras ciudades más próximas al frente o a la frontera rusa, Leópolis nota los efectos de la guerra. Cada día hay varios entierros de víctimas de la guerra y solo hace pocos días que la ciudad fue objetivo de los drones kamizaze Shahed-136.
Muchos todavía están bajo el impacto de las noticias tras el desastre de la presa de Kajovka. Existe la preocupación de que Rusia esté preparando una fuga radiactiva en la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por los invasores.
Muchas de las actuaciones abordan directamente los desafíos de vivir en medio de la guerra, como el proyecto "WARНЯКАННЯ" de Anton Slepakov y Andriy Sokolov.
La poesía cantada de Slepakov se basa en experiencias comunes compatidas por todos los ucranianos, como esconderse de las bombas y misiles, estar separados de sus familias, no poder viajar ni hacer planes.
El proyecto consiste tanto en documentar la realidad como servir de terapia para sus autores y para los espectadores, cuenta Slepakov a EFE tras la actuación en un parque de Leópolis.
"Durante las primeras dos semanas de la ivnasión parecía que la música había muerto para siempre. Pero tras algún tiempo volvieron a surgir las palabras y los sonidos. Mientras estemos vivos y podamos registrar lo que ocurre haremos lo mejor que podamos", subrayan los músicos.
