"La embajada del reino (saudí) en la república libanesa advirtió a los ciudadanos que no estuvieran presentes y se acercaran a áreas que presenciaran conflictos armados, y les exigió que abandonaran rápidamente el territorio libanés", dijo la delegación en un comunicado publicado por la agencia oficial de noticias saudí, SPA.
La misma nota destacó la importancia de "adherirse a la decisión de evitar que los saudíes viajen al Líbano" y el "deseo de seguridad para todos" antes de añadir una serie de números de teléfono para contactar en casos de emergencia.
Arabia Saudí envía este mensaje cuando se cumple una semana del inicio de una serie de choques armados entre las facciones palestinas en el país mediterráneo.
Desde el sábado pasado, miembros del movimiento nacionalista palestino Fatah -encabezado por Abás- y facciones islamistas se enfrentan en el campamento de refugiados de Ain el Helu, en el sur del Líbano.
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Los enfrentamientos estallaron después de que hombres armados intentaran asesinar a un miliciano islamista y dejan ya varias decenas de heridos, al menos doce muertos, entre ellos un alto mando del movimiento nacionalista palestino Fatah identificado como el general de brigada Abu Ashraf al Armushi, y unos 2.000 desplazados si bien la ONG Save the Children eleva esta última cifra a 20.000.
Los niveles de violencia habían bajado este pasado miércoles tras alcanzarse un nuevo alto el fuego, pero los combates volvieron a reanudarse esa misma noche con intensidad, causando al menos una nueva baja en las filas de Fatah y un número indeterminado de heridos.
Ante esa situación, en esa misma jornada el primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió al presidente palestino, Mahmud Abás, el fin de los choques armados que suponen "una flagrante violación" de la soberanía del país.
Más de 470.000 refugiados palestinos están registrados con la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en el Líbano, aunque se estima que solo algo menos de la mitad de ellos residen todavía en el país mediterráneo.
