Segunda cita de la extensión cacereña del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, en la que se ha puesto en escena la adaptación, por parte de Nieves Rodríguez y Cristina Silveira, del texto original de María Zambrano, que vio la luz hace ahora 56 años.
El espectáculo presenta a una Antígona que no se quita la vida, como escribió originalmente Sófocles, sino que gracias a la reinterpretación de María Zambrano, encuentra espacios de tiempo en su delirio, con los que poder renacer.
Una pieza teatral que aúna filosofía y literatura, danza y en la que la esperanza, el tiempo, el delirio y el amor acompañan a Antígona en este viaje a través de su sombra, donde se encontrará con diversas personas que de alguna manera u otra han marcado su vida.
Así, Antígona se encuentra con Creonte, el rey Tebano que la condenó a ser enterrada viva; con su padre Edipo, sus hermanos Ismene, Eteocles y Polínices, su nodriza Ana y su novio Hemón, hijo de Creonte.
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Todos estos personajes son el hilo conductor de un relato que permite al espectador conocer realmente a la Antígona que se rebeló contra el poder establecido.
Y es que María Zambrano le concede a Antígona (Ana García) el regalo más preciado de la vida, el tiempo, para que renazca en su tumba y en un delirio filosófico recuerde a quienes formaron parte de su vida.
El paso del tiempo, la soledad que siente la protagonista al sentirse abandonada por los dioses, la justicia frente al abuso de poder, el amor por la familia, la carga de cuidados que recae en Antígona, son temas que planean sobre el escenario.
Una locuaz Ana García encarna el papel de la Antígona que Sófocles no escribió, pero que sí lo hizo Zambrano para que descubriéramos su interior, sus razones y sus sinrazones.
En este tiempo que le concede Zambrano reflexiona sobre el destino que se le impuso porque "todo me lo fueron dando", clama Antígona.
En su monólogo, conversa con su padre Edipo y recuerda con cariño a su hermana Ismene, quien quiso morir con ella y se vio envuelta en una condena peor, vivir sin su hermana.
El diálogo que mantiene con sus hermanos Etéocles y Polinices presenta a una Antígona que critica y es incapaz de entender el fratricidio de sus dos hermanos a causa de la guerra que ambos iniciaron por hacerse con el poder de la ciudad.
Cuando aparece en escena su amante Hemón se lamenta del amor que pudo ser y no fue, y con su nodriza Ana, comparte una serie de recuerdos con un apego especial.
En el encuentro con la harpía, quien defiende el patriarcado y recrimina a Antígona desobedecer a las leyes, ésta defiende la libertad y la justicia.
El 69º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida continuará este sábado, 12 de agosto, en Cáparra con el montaje "Miles Gloriosus", de Plauto, dirigido por Pep Antón Gómez.
El reparto está formado por Carlos Sobera, Ángel Pardo, Elisa Matilla, Silvia Vacas, Juanjo Cucalón, David Tortosa, Antonio Prieto y Arianna Aragón.
