El gobierno, encabezado por el laborista Anthony Albanese, prometió durante la campaña electoral de 2022 que le llevó al poder la celebración de una votación popular en torno al reconocimiento en la Carta Magna, que data de 1901, de los pueblos originarios, para darles poder de decidir sobre sus destinos.
Más de 17,5 millones de australianos deberán votar "sí" o "no" a la pregunta: "Una ley propuesta para alterar la Constitución para reconocer a las Primeras Naciones estableciendo La Voz de los Aborígenes e Isleños del Estrecho de Torres. ¿Apruebas esta modificación?".
El referendo cuenta además con la particularidad de que para prosperar debe lograr la mayoría entre todos los votos emitidos en la nación y además haber conseguido la victoria en cuatro de los seis estados que conforman Australia.
Las encuestas muestran la división frente a las urnas, donde el "sí" ve la reforma como una manera de cerrar las heridas y las brechas de desigualdad, mientras el "no" asegura que la medida creará división y puede entorpecer las decisiones gubernamentales.
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Estas son las claves de una votación que se prevé histórica:
LA VOZ
De lograr el apoyo de la mayoría de votantes, la Constitución de Australia será modificada para incluir tres capítulos en el que se reconoce la creación y existencia de un organismo llamado "La Voz" para representar a los indígenas ante el Parlamento y el Ejecutivo del país en asuntos que competen a estos pueblos.
La enmienda también estipula que el Parlamento australiano tendrá la potestad de legislar sobre la composición, funciones, poderes y procedimientos concernientes a "La Voz".
"La Voz", un órgano consultivo sin poderes vinculantes que representa a los indígenas australianos, estaría integrado por un número indeterminado de miembros de diversas edades, géneros y grupos, que serían elegidos por las comunidades indígenas.
Estos representantes, que ejercerían sus funciones durante cinco años, serían escrutados mediante un proceso parlamentario y fiscalizados por las autoridades del país.
El "SÍ" POR UNA DEUDA HISTÓRICA
Desde que Albanese comenzó a impulsar el referendo, los apoyos, que al principio eran mayoritarios, han ido en descenso y ahora no superan el 46 %, según una encuesta publicada a mediados de agosto por la consultora Revolve.
Además, el "sí" solo tiene mayoría en Victoria y Tasmania.
Según los defensores de esta reforma "La Voz" ayudaría a empoderar a los indígenas, así como ayudará a cerrar las brechas de desigualdad en una población que ha sido históricamente discriminada desde la colonización británica y tras la independencia.
Los indígenas australianos -que habitan su territorio desde hace unos 65.000 años- representan el 3,8 % de los más de 26 millones de habitantes que tiene Australia, sin embargo el desempleo supera del 52 %; tienen diez años menos de esperanza de vida que el resto de los habitantes, y una alta proporción de casos de violencia doméstica y discapacidad.
Durante el resto de campaña por el "sí", que cuenta con el apoyo público de varias grandes empresas del país, los políticos buscarán darle la vuelta a las encuestas tomando como referencia la histórica votación de 1967, donde el 90,7 % de los australianos votaron a favor de modificar la Constitución incluir a los indígenas en el censo poblacional.
SOCIOS IMPROBABLES POR EL NO
Los argumentos por el "no" han unido a dos socios improbables: algunos senadores aborígenes y a grupos ultraconservadores australianos.
Una de las adalides del "no", la senadora aborigen liberal Jacinta Nampijinpa Price asegura que la propuesta da un trato diferenciado a sus ciudadanos y es legalmente "arriesgada" porque puede demorar las decisiones del país y abrir la puerta a demandas de indemnización.
Por su lado, la también senadora aborigen Linda Thorpe, del grupo independiente, exige un tratado legalmente vinculante y en el que se reconozca su soberanía, como el acuerdo de 1840 entre la corona británica y los maoríes neozelandeses.
Pero el líder de la oposición, el liberal Peter Dutton, no ve necesaria la creación de un organismo con representación nacional como "la Voz" y apuesta en su lugar con un reconocimiento "simbólico" en el preámbulo de la Constitución.
