Portando banderas palestinas y pancartas en las que se leían lemas como "Palestina será libre", la multitud, que desafió la lluvia que caía durante la tarde en Londres, guardó tres minutos de silencio por las víctimas del ataque.
El centro sanitario "era un lugar conocido de paz y refugio", declaró durante un discurso un portavoz de los convocantes, que subrayó que la ley internacional "deja claro que nunca se debe atacar un hospital".
"La gente estaba allí porque no había otro refugio en Gaza", agregó ese portavoz, que pidió "coraje a los actores internacionales" para "levantarse y decir que esto no puedo continuar".
"Los palestinos deben tener sus derechos, deben poder criar a sus hijos en paz", agregó ante los manifestantes, que según indicó una fuente policial a Efe sumaban en torno a seis centenares de personas.
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El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, afirmó en una entrevista con la BBC que está "conmocionado" por el ataque, en el que se teme que puedan haber muerto 500 personas.
"La pérdidas de vidas es trágica. Lloramos a todas (las víctimas) y nuestras pensamientos están con sus familias", señaló Sunak, que al abordar la autoría del ataque urgió a "no sacar conclusiones apresuradas".
"Necesitamos cabezas frías", dijo el primer ministro, que recalcó que "los servicios de inteligencia (británicos) están trabajando por sí mismos en las pruebas" para sacar conclusiones de manera "independiente".