"Hay quienes piensan que mientras nuestros heroicos soldados y comandantes sacrifican sus vidas por la defensa de la patria, nosotros deberíamos transferir dinero a este despreciable enemigo en Judea y Samaria", escribió Smotrich en la red social X (antes Twitter), refiriéndose a Cisjordania por su nombre bíblico.
"No repetimos errores y conceptos por los que pagamos caro", añadió sobre la transferencia de impuestos a la ANP, entidad a la que Smotrich considera un "despreciable enemigo".
Estas declaraciones surgen dos días después de que Smotrich anunciara el bloqueo de la transferencia de fondos a la ANP para el mes de octubre, e instó al gabinete de Gobierno a revaluar su política sobre dichos fondos, argumentando que las autoridades en Cisjordania "apoyan" a Hamás, el grupo islámico que controla de facto la Franja de Gaza y con el que Israel mantiene un estado de guerra desde el 7 de octubre.
Smotrich, un colono habitante de Cisjordania y quien ha abogado por la disolución de la ANP, ya ha anunciado en el pasado el bloqueo o el recorte de las transferencias, pero el gabinete no ha confirmado la aplicación de la nueva medida.
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Los fondos son parte de los derechos de aduana que Israel recauda en nombre de la ANP, según lo establecen los Acuerdos de Oslo, pero las autoridades israelíes, y en especial el actual gobierno de Netanyahu y sus socios de extrema derecha, son renuentes a entregarlos argumentando que las autoridades palestinas destinan parte de esos recursos a ayudar a las familias de los presos acusados de terrorismo.
La ANP atraviesa una profunda crisis política y económica, y su eventual colapso podría atizar aún más la violencia en Cisjordania, pues a pesar de las tensas relaciones, Israel continúa cooperando con la ANP en asuntos de seguridad.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien visitará Israel el viernes por segunda ocasión desde que estalló la guerra con Hamás, dijo el martes que una ANP “revitalizada” debería retomar el control de Gaza si Israel logra su objetivo de derrocar a Hamás.
Cisjordania ocupada e Israel viven su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y la situación se ha deteriorado aún más desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre.
Desde entonces, 128 palestinos -incluidos 36 menores- han muerto por fuego israelí o agresiones de colonos judíos en Cisjordania ocupada. Además, más de 1.600 palestinos han sido heridos en Cisjordania en ese mismo periodo.
Desde el inicio de 2023 y hasta antes de que estallara la guerra con Hamás, ya habían muerto 331 palestinos en Cisjordania por eventos violentos, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes y colonos, pero también civiles, incluidos 73 menores.
En paralelo, el área ha visto la proliferación de nuevos grupos armados palestinos, que realizan cada vez más ataques y han causado este año 33 muertos del lado israelí, la mayoría colonos, cinco de ellos menores, y cinco uniformados.