HRW: Nigeria no ha tomado medidas para evitar muertes de civiles en operaciones militares

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Lagos, 7 dic (EFE).- La ONG Human Rights Watch (HRW) lamentó hoy que Nigeria no haya tomado "medidas concretas" para impedir que las operaciones aéreas del Ejército del país vuelvan a atacar por error a civiles ni ha llevado a los responsables a los tribunales, pese a haber dejado más de trescientos civiles muertos desde 2017.

"Las autoridades (de Nigeria) no han tomado medidas concretas para brindar justicia ni rendición de cuentas o garantizar que sus operaciones protejan mejor a los civiles en el futuro", señaló HRW en un comunicado.

"Desde 2017 se ha informado de la muerte de más de trescientas personas en ataques aéreos que, según las fuerzas de seguridad, tenían como objetivo los "bandidos" o los miembros del grupo armado islamista Boko Haram, pero en cambio golpearon a las poblaciones locales", añadió.

La ONG pro derechos humanos emitió este comunicado después de que un ataque aéreo del Ejército de Nigeria matase accidentalmente el pasado domingo al menos a 85 civiles e hiriese a 66 en el norte del país.

HRW se sumó así a la petición de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que este miércoles pidió una investigación exhaustiva e imparcial de esos hechos.

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"Es inadmisible que el Ejército nigeriano siga matando con ataques aéreos a personas que simplemente intentan seguir con sus vidas", dijo la investigadora para Nigeria de la organización, Anietie Ewang.

"Es necesario un escrutinio de las actividades de las fuerzas de seguridad para evitar más asesinatos y ofrecer reparaciones a las víctimas, empezando con una investigación independiente, imparcial y transparente", añadió la experta.

HRW habló con testigos que explicaron que la primera bomba cayó en la localidad de Tundun Biri (en el estado norteño de Kaduna) a alrededor de las 21.45 hora local (20.45 GMT), cuando centenares de personas celebraban el nacimiento del profeta Mahoma (festividad del mawlid).

La explosión dejó alrededor de 56 muertos, incluidos muchos niños y heridos, lo que llevó a los locales a llamar a otras personas de los pueblos cercanos para ayudarles a transportar a los que no podían moverse por sí mismos.

A alrededor de las 23.00 hora local (22.00 GMT) cayó una segunda bomba, matando a muchas de las personas que habían acudido a ayudar.

"Estaba abrazando a mi hijo, que tenía una pierna rota, cuando nos arrojaron la segunda bomba. Perdí a mis cinco hijos y a su madre", dijo a HRW una de las víctimas.

Algunos estados nigerianos -sobre todo del centro y noroeste del país- sufren ataques incesantes por parte de "bandidos", un término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para lograr cuantiosos rescates y a los que las autoridades tildan a veces de "terroristas".

Los ataques se repiten pese a las reiteradas promesas del Gobierno nigeriano de terminar con la violencia mediante el despliegue de más fuerzas de seguridad.

A esta inseguridad se suma la ocasionada desde 2009 por la actividad del grupo yihadista Boko Haram en el noreste del país y, a partir de 2016, también de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas inglés).