La guerra en Gaza desvía la atención de las elecciones de Egipto y de su debacle económica

Este artículo tiene 2 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2394

Redacción Internacional, 8 dic (EFE).- En medio de una de las peores crisis económicas de la historia reciente de Egipto y con elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, el Gobierno egipcio ha encontrado en la guerra en Gaza la distracción idónea para una hastiada población que se está empobreciendo a pasos agigantados.

Los comicios presidenciales, que se celebrarán entre el 10 y el 12 de diciembre, tienen lugar en un contexto económico preocupante: una inflación que ronda el 40 %, la pérdida de más de la mitad del valor de la libra egipcia, la proliferación del mercado cambiario paralelo y una deuda exterior que supera los 160.000 millones de dólares.

Sin embargo, nadie duda de que el actual presidente, Abdelfatah al Sisi, saldrá reelegido para un tercer mandato ante la falta de una oposición política real y la represión de la disidencia, factores que también están quedando completamente eclipsados por la guerra en Gaza y el rol que está ejerciendo Egipto como mediador.

“Irónicamente, la guerra en Gaza ha sido una bendición para el régimen del presidente Al Sisi”, dice a EFE el analista egipcio Magdi Abdelhadi, que apunta que el conflicto “ha desviado casi por completo la atención pública, tanto nacional como internacional, de las inminentes elecciones presidenciales, que nadie cree que serán más que una farsa”.

Una represión eclipsada

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Al Sisi se enfrentará en los comicios a tres candidatos totalmente desconocidos, mientras que organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional denuncian que las autoridades egipcias “han intensificado la represión” contra opositores y disidentes en las semanas previas a la cita electoral.

Ejemplo de ello es el procesamiento judicial del exdiputado Ahmed Tantawy, quien se retiró de la carrera electoral tras denunciar una campaña de acoso de las autoridades que, según dijo, le impidió presentarse a los comicios.

Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) estiman que hasta 60.000 personas fueron detenidas por motivos políticos en Egipto desde que Al Sisi llegó al poder en 2013.

“No es probable que escuchemos ninguna crítica de la Unión Europea (UE) o de Washington sobre el pésimo historial del régimen en materia de derechos humanos o la brutal represión de la disidencia política”, asevera Abdelhadi, que lamenta que estos comicios no contarán con una supervisión real.

Sin embargo, para el analista político y autor del próximo libro 'Egypt under Sisi', Maged Mandour, la falta de monitoreo de las elecciones “nunca fue una preocupación para el régimen”, que afirma que “es abiertamente antidemocrático”.

“Ya antes nunca les preocupó que fueran libres y justas. Literalmente, encarcelaron a sus oponentes y, aunque esta vez el toque es un poco más suave y no tan agresivo, es claramente una carrera de un solo caballo”, asegura Mandour, que afirma que desde que Al Sisi llegó al poder en 2013 ha hecho lo posible para silenciar a los críticos.

Al Sisi, reforzado por la guerra

Las críticas a la gestión del Gobierno de Al Sisi no han hecho más que aumentar, sobre todo en la calle, ante el continuo endeudamiento de Egipto y la escasez de divisas, que han llevado al país al borde del abismo económico y han hecho mella en los servicios sociales.

De hecho, el Ejecutivo egipcio avanzó estos comicios presidenciales, que estaban previstos para principios de 2024, en previsión de unas duras medidas económicas que tendrá que tomar para subsanar su economía y cumplir con las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero Abdelhadi recuerda que la guerra “ha aumentado el valor y el precio del papel geopolítico de Egipto”, considerado por la UE un socio clave para detener los flujos migratorios hacia Europa, ahora aún más ante la amenaza de una oleada de refugiados palestinos desde Gaza.

“El presidente Al Sisi ha visto a líderes europeos y altos funcionarios estadounidenses llamar a su puerta para pedir ayuda”, dice Abdelhadi, que apunta que el rol mediador de Egipto en la guerra abre la puerta a más ayudas económicas para hacer frente a sus repercusiones y evitar flujos migratorios a la UE.

Por su parte, Mandour recuerda que el Gobierno egipcio recibió en los últimos años miles de millones de dólares en préstamos y ayudas de países occidentales y del FMI “mientras cometía los abusos contra los derechos humanos más atroces”, algo que la guerra en Gaza no va a cambiar.

“El mundo ha estado mirando para otro lado durante casi diez años de manera constante”, lamenta el analista, en referencia a la década en la que Al Sisi se ha mantenido en el poder.