Se trata de la tierra indígena Tekohá Guasu Guavira, ubicada en el estado de Paraná, que desde 2020 vive inmersa en un conflicto entre indígenas y terratenientes por la delimitación de su territorio y donde a principios de este año tres indígenas fueron heridos por un ataque a tiros.
En 2018, un informe de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas delimitó la extensión de territorio que les correspondía, pero bajo el Gobierno de Bolsonaro, el organismo anuló este documento, lo que dio pie a los conflictos.
Habitada por el pueblo Avá-Guaraní, esta tierra se encuentra ubicada en un estado donde la actividad agrícola tiene una gran importancia y donde se ha vivido un aumento de la violencia, que llevó a los indígenas a presentar una denuncia civil ante el Tribunal Supremo.
Uno de los magistrados de este tribunal ordenó la suspensión de cualquier proceso judicial que impida la demarcación de las tierras y designó a la Comisión Nacional de Soluciones de Tierras del Consejo Nacional de Justicia para buscar un consenso.
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La orden ejecutiva para el envío de tropas, publicada en el Diario Oficial, también amplió la permanencia de la Fuerza Nacional en la tierra indígena Cana Brava Guajajara, en el noreste del país, donde ya actuaba desde agosto de 2023 en apoyo al Ministerio de Minas y Energía.
Una línea de transmisión eléctrica atraviesa este territorio indígena y durante 2023 la Policía Federal registró varios ataques a las torres de electricidad.