En su obra hay dos sagas que se han hecho célebres: una en torno a la comisaria hispano-alemana Cornelia Weber Tejedor y otra en torno a los Hernández, una familia de detectives.
Ribas vivió varios años en Alemania y trabajó en la Universidad de Fráncfort, donde, según dijo a EFE en una conversación desde el tren en el que viajaba a Bremen, surgió su primera novela policíaca, que, aunque nunca fue publicada, sentó muchos bases para lo que vendría después.
"Es un género que siempre me ha interesado mucho y justo cuando estaba trabajando en Fráncfort surgió la idea para la primera novela que escribí y que no se publicó nunca, lo que está bien porque la novela era mala pero dejó elementos", dijo.
"Por ejemplo, la idea de que el asesino es el profesor invitado, es decir, el que está marginado, el que viene de otra parte", dijo.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
A Rosa Ribas le interesan ante todo los motivos de los asesinos. No le interesan, dice, los asesinos que matan sencillamente porque están locos, sino aquellos que tienen razones que reflejan muchas otras cosas sobre la sociedad en la que viven.
En ese sentido, su visión se ancla dentro de la tradición de la novela negra -desde Dashiell Hammett y Raymond Chandler hasta Henning Mankell.
Sin embargo también hay otra raíz que es la del llamado "Krimi" alemán y del legendario Tatort, un programa de la televisión alemana que lleva a que en Alemania haya más asesinatos al año en las pantallas que en las calles.
"Las primeras novelas de Cornelia tienen mucho que ver con esa tradición del Krimi. Un crítico australiano dijo una vez que mis novelas eran novelas alemanas escritas en español". explicó.
En determinados momentos hubo conversaciones que hubieran podido terminar llevando a Cornelia Weber-Tejedor a la televisión alemana.
Sin embargo, al final no fructificaron.
Rosa Ribas es una escritora que pasó por la universidad, que estudio Filología y como tal a muchos puede resultarle sorprendente que, como autora, se haya dedicado a un género como el policíaco que muchos académicos tienden a ver como fuera del canon de la gran literatura.
Ante ello, ella tiene dos respuestas. Por un lado, ha cultivado también otros géneros como la novela histórica, en "El pintor de Flandes" (2014), o algo que tiende al costumbrismo como "Pensión Leonardo" (2015).
Y, por otro lado, ella no ve el género negro como un género menor.
"Hay novela negra que es gran literatura", dice y abre una conversación en la que saltan nombres como Mankell, Leonardo Padura o Patricia Highsmith.
También, admite, existe la novela negra de quiosco, que considera respetable dentro de las pretensiones que tiene.
Ribas está convencida de que el género policíaco puede mostrar mucho sobre el género humano y sobre la sociedad y que va más allá de la pregunta de quién es el asesino que marca las novelas de enigma.
"Cuando leo ciertas novelas policíacas muchas veces me olvido de quien es el asesino. Lo que me queda son otras cosas", dijo.
"Lo que me interesa es lo que nos está enseñando sobre el género humano", agregó.
Con los años la serie dedicada a Cornelia Weber-Tejedor ha dado paso a la de los Hernández, y los escenarios alemanes -donde suelen tener un papel clave los inmigrantes- han dado paso a escenarios españoles.
La saga de los Hernández se empezó a escribir cuando Ribas todavía vivía en Fráncfort en lo que, admite, pudo haber cierta añoranza.
También hubo otro impulso que fue un acto sobre novela negra celebrado en Barcelona en el que se discutió sobre la relativa ausencia de familias en la tradición de la novela policíaca. Tiempos después surgieron los Hernández como familia de detectives.
La pregunta queda abierta de si algún día se juntarán los destinos de los Hernández con los de Cornelia Weber-Tejedor.
