Según explicó el SBU en un comunicado, el grupo trabajaba en cinco regiones ucranianas y pasaba la información a la inteligencia militar rusa (GRU).
La operación de contrainteligencia del SBU, agrega la nota, logró desenmascarar a “12 agentes rusos y a sus informantes”. Una parte de los espías eran “desertores” de las Fuerzas Armadas ucranianas que fueron reclutados por los rusos.
El jefe del grupo residía en la ciudad de Dnipropetrovsk del centro de Ucrania, utilizaba documentos falsos y se presentaba como voluntario y activista anticorrupción, según el servicio secreto ucraniano.
Este agente ruso reclutó a informadores en las regiones ucranianas de Zaporiyia, Járkov, Sumi, Mikoláyiv y Odesa.
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Además de intentar presuntamente pasar información sobre los aeródromos en que Ucrania estaciona los F-16, los espías según el SBU recababan datos sobre la localización de las defensas antiaéreas ucranianas y de las empresas que producen medios de guerra radioelectrónica para neutralizar drones rusos.
Los informadores del GRU ruso obtenían los primeros indicios de conocidos que sirven en las Fuerzas Armadas ucranianas, y trataban después de recabar más información por su cuenta.
