"Está claro que Argelia quiere humillar a Francia", declaró Retailleau en declaraciones a la prensa desde Nantes en reacción a este nuevo episodio de las fricciones entre los dos países, que se han agudizado seriamente desde el mes de julio.
El ministro mostró su "estupefacción" por la decisión de las autoridades argelinas, que el jueves no aceptaron la entrada del influyente 'Doualemn', al que Francia había decidido expulsar por incitación a la violencia en un vídeo en TikTok.
Según su relato, este hombre de 59 años, que había sido detenido el pasado sábado y estaba retenido desde entonces y que tenía un pasaporte biométrico argelino "actualizado", fue embarcado en un vuelo hasta el aeropuerto de Argel, escoltado por agentes franceses, pero la Policía argelina no le dejó desembarcar.
El titular francés de Interior insistió en que los policías argelinos no aportaron "ninguna prueba" de los motivos por los que no quisieron dejarlo entrar, aunque dio a entender que los motivos esgrimidos pudieron tener qué ver con su pasaporte.
A ese respecto, aseguró que en este caso para la expulsión no era necesaria una autorización consular de Argelia, puesto que el protocolo bilateral establece que basta con un pasaporte válido.
"Francia -añadió- no puede soportar esta situación. Manteniendo nuestra sangre fría tenemos que evaluar todos los medios a nuestra disposición, y digo todos los medios".
Retailleau no quiso precisar cuáles, sino que se limitó a indicar que hay "un abanico" y que, en cualquier caso "Argelia está sobrepasando el límite".
El ministro había dado pistas anteriormente sobre su estrategia contra la inmigración irregular, y en primer lugar avanzó que "hay que ser más exigentes" con la concesión de visados
Al 'influencer' que Francia intentó expulsar el jueves se le reprochan las declaraciones que hizo en un vídeo colgado en TikTok en el que lanzaba en árabe mensajes de incitación a la violencia contra un opositor al régimen argelino, según las autoridades francesas.
'Doualemn' ha vivido muchos años en Francia, donde consiguió regularizar su situación en 2010 gracias a que tuvo un hijo de nacionalidad francesa y ha sido condenado en repetidas ocasiones.
Tras su arresto el sábado, fue imputado y se le fijó una fecha en febrero para ser juzgado, pero la autoridad administrativa en lugar de eso decidió suspender su permiso de residencia y expulsarlo.
Otros dos 'influencer' argelinos fueron detenidos la semana pasada en Francia por mensajes de violencia colgados en TikTok y deben ser juzgados en los próximos meses. Y esta semana también ha sido arrestada una mujer con doble nacionalidad argelina y francesa por las mismas razones.
Todo esto ocurre en un momento de tensiones diplomáticas crecientes entre París y Argel.
Las relaciones entre los dos países viven continuos altibajos, pero se deterioraron seriamente desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, dijera el pasado 30 de julio que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental es "la única base" para una solución a la crisis en la que está sumida desde hace medio siglo la antigua colonia española.
Argel, que es el principal soporte del Polisario, retiró inmediatamente a su embajador en París y desde entonces ha hecho una serie de gestos de distanciamiento.
Uno de los últimos episodios de esas fricciones fue la detención a su llegada a Argel el 16 de noviembre del escritor argelino y recientemente nacionalizado francés Boualem Sansal, que se encuentra encarcelado acusado de atentar contra la seguridad del Estado.
Aunque la Justicia argelina no hizo pública la motivación precisa de la acusación, su abogado francés, François Zimeray, sospecha que principalmente se le echa en cara unas declaraciones que Sansal hizo a un medio de extrema derecha en Francia en las que contaba que una parte del actual territorio argelino formaba parte históricamente de Marruecos y le fue atribuido a ese país durante la colonización francesa.