"Atacar y matar a civiles que buscan seguridad en un campo de desplazados y saquear su mercado es inadmisible", dijo el director del Programa Regional para África Oriental y Meridional de AI, Tigere Chagutah, en un comunicado.
Exigió que "las FAR y todas las demás partes en el conflicto deben poner fin de inmediato a todos los ataques y dejar de utilizar las zonas donde hay civiles, incluidos los campos de desplazados, como campos de batalla".
Al Fasher, capital del estado de Darfur Norte, es el único bastión del Ejército regular en el oeste de Sudán, y es blanco de frecuentes ataques y bombardeos de las FAR que intentan controlar la urbe.
Varias ONG denunciaron en los últimos meses ataques contra Zamzam, uno de los más grandes de Al Fasher, y que acoge a centenares de miles de personas que huyeron de los combates.
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"Los ataques contra el campamento de Zamzam, en medio del continuo asedio (de las FAR) de Al Fasher, subrayan la urgente necesidad de ejercer una verdadera presión internacional sobre las partes del conflicto para que dejen de atacar a civiles", añadió Chagutah, y pidió un "embargo de armas en todo Sudán".
Subrayó también que el conflicto de Sudán, desatado en abril de 2023, "ya ha sido ignorado lo suficiente", y exigió que "los responsables de crímenes" rindan cuentas.
La nota de AI recuerda que el 11 y el 13 de febrero los paramilitares entraron en el campamento de Zamzam y mataron y arrestaron a numerosos desplazados, llegando a producirse enfrentamientos entre las FAR y el Ejército sudanés.
Además, la ONU reportó la muerte de dos trabajadores humanitarios en estos ataques, y denunció, junto con Médicos Sin Fronteras y el departamento de Salud de Darfur Norte, el bloqueo del paso seguro a civiles que intentaban escapar, incluidos los heridos.
El campamento de Zamzam se estableció hace dos décadas para albergar a civiles que huían de la violencia en la región de Darfur y hoy en día alberga medio millón de desplazados.
La guerra en Sudán ha causado la muerte de decenas de miles de personas, y obligado a más de 14 millones a desplazarse, más de 3 millones de ellas a otros países, según Naciones Unidas.