"Hay por ahí gente que quiere convencer a los ciudadanos de que antes todo era mejor. Lo vemos en Alemania y lo vemos en otros países. Make America Great Again, Take Back Control", dijo aludiendo a los eslóganes en inglés de la derecha estadounidense que encumbraron al presidente Donald Trump.
En un acto con motivo del centésimo aniversario de la socialdemócrata Fundación Friedrich Ebert (FES), al que asistió también el presidente del Consejo Europeo, António Costa, Scholz recordó que esta tendencia también se había manifestado en las últimas elecciones generales alemanas del 23 de febrero, en las que la ultraderecha quedó como segunda fuerza.
"No hemos sido lo suficientemente buenos, a la hora de contraponer a este tono el mensaje de una confianza con fundamento (en el futuro)", admitió Scholz, cuyo Partido Socialdemócrata (SPD) quedó en tercer puesto en los comicios ganados por el bloque conservador.
El canciller saliente razonó que el regreso a los "buenos viejos tiempos" es a primera vista una oferta seductora para muchos ciudadanos, inquietos por los cambios que se están dando a todos los niveles y los riesgos que entrañan.
"¿Cuánto cambiará EEUU? ¿Cómo terminará la guerra de Ucrania? ¿Habrá una victoria rusa o una paz justa y duradera?", parafraseó algunas de las preocupaciones que llevan a que algunas personas se sientan abrumadas o incluso atacadas en su forma de vida.
"Lo que hacen los populistas y la extrema derecha es fingir que existe una seguridad frente al cambio, pero es una promesa falsa y engañosa. ¿Alguien cree realmente que estaríamos mejor si salimos de la UE o si reintroducimos el marco? ¿Si construimos centrales nucleares?", se preguntó.
Por el contrario, para que los ciudadanos acepten los cambios que se están produciendo, es necesario que se sientan seguros y arropados, para lo que hace falta un "estado social fuerte", de lo cual es garante la socialdemocracia, dijo.
Para todo ello es además clave el "respeto", señaló Scholz, aludiendo a un término clave en su visión política, y destacó que todos los componentes de la sociedad prestan una contribución irrenunciable y merecen por ello "reconocimiento y dignidad" que les haga sentirse apreciados en su labor.