En un boletín de marzo, donde mejoró levemente las perspectivas para 2025, el banco central luso explicó que este ritmo se mantendrá por encima de la media de la Zona Euro, "beneficiándose en 2025-2026 del alivio de las condiciones financieras, de la aceleración de la demanda externa y de una ejecución de fondos europeos más concentrada en el próximo año".
La entidad explicó que espera un crecimiento más bajo en 2027 por el fin del Plan de Recuperación y Resiliencia europeo.
El consumo y la inversión se podrán beneficiar de un aumento de la confianza, pero es necesaria una reducción de la incertidumbre "interna y externa", añade la nota.
En 2024, el crecimiento de la economía fue del 1,9 %, por encima de las perspectivas publicadas en diciembre pasado.
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La inflación, que en 2024 cerró en el 2,7 %, reculará al 2,3 % en 2025 y se estabilizará en el 2 % en los dos años siguientes, "beneficiándose de un crecimiento más contenido de los precios en los servicios".
Este año se mantiene con un "desempeño volátil", y se proyectará en los valores trimestrales entre el 1,9 % y el 2,6 %, según la nota.
El Banco de Portugal añadió que anticipa en el horizonte de la economía lusa el "retorno gradual" a un patrón de crecimiento más basado en la inversión y las exportaciones.
Aun así, la institución recalcó los riesgos en torno a su proyección para la actividad lusa "se acentuaron y prevalece una incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial", con la guerra en ucrania, en el Medio Oriente y la reciente alteración de la política estadounidense.