En un comunicado, los rebeldes liderados por Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, aseguraron que sus fuerzas "nunca han perdido una batalla, sino que se ha efectuado un repliegue estratégico y han expandido los frentes de batalla para asegurar sus objetivos militares".
Estas son las primeras palabras de las FAR, que en ningún momento mencionaron Jartum, después de que el Ejército sudanés le arrebatara gran parte de la capital, que estaba en manos de los paramilitares desde el 15 de abril de 2023, cuando comenzó la cruenta guerra entre ambas partes.
"No hay rendición"
El grupo aseguró que "no hay retirada y que no hay rendición", ya que su voluntad "está forjada en acero".
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"Nuestras estrategias avanzan constantemente, y seguimos comprometidos en nuestra promesa de proteger a la nación y defender la dignidad de nuestro gran pueblo", se apunta en la extensa nota.
Sin embargo, Hemedti no ha aparecido públicamente, y se desconoce su paradero.
Los insurgentes insistieron en que seguirán luchando "hasta que cesen todas las guerras, se restablezcan la seguridad y la estabilidad" y el pueblo sudanés "pueda por fin reclamar su dignidad" con el "establecimiento de un nuevo Estado sudanés".
Con la operación de las Fuerzas Armadas sudanesas, que buscan afianzar su dominio sobre la capital, el control de las FAR sobre Sudán se reduce a la región occidental de Darfur, salvo la capital de Darfur Norte (Al Fasher), que se encuentra bajo un asedio que causa muertes civiles cada semana.
También controlan algunas zonas de la región de Kordofán, que linda con Sudán del Sur, donde también existe una línea de frente del Ejército para intentar recuperar esa zona.
La guerra en Sudán comenzó el 15 de abril de 2023 tras el fracaso de las negociaciones entre las FAR y el Ejército para incluir a los paramilitares en la institución castrense.
El conflicto ha dejado decenas de miles de muertos y ha desplazado a más de doce millones de personas, entre ellos más de 3,7 millones han huido hacia países vecinos, de los cuales 1,5 millones han huido al vecino Egipto, según cifras de la ONU.
El líder sudanés mira hacia el futuro
Al Burhan se reunió este jueves con el enviado alemán para el Cuerno de África, Heiko Nitzschke, al que reiteró su compromiso con la formación de un Gobierno civil y tecnócrata para organizar unas elecciones democráticas.
"El Ejército trabaja para adaptar las circunstancias para que un gobierno civil elegido tenga la autoridad en el país", apuntó en un comunicado el Consejo Soberano sudanés, el máximo órgano ejecutivo del país y cuyo presidente es Al Burhan es el presidente.
Añadió que "las Fuerzas Armadas no buscan involucrarse en el trabajo político" una vez termine la guerra contra el grupo paramilitar.
En este sentido, Al Burhan y Nitzschke abordaron los esfuerzos del Consejo Soberano "para alcanzar la paz y facilitar la llegada de ayuda humanitaria a los necesitados, además de los esfuerzos actuales para entablar un diálogo global entre los sudaneses, así como la formación de un gobierno tecnócrata".
Por su parte, el enviado alemán confirmó "la disposición de su país de apoyar los esfuerzos de la reconstrucción en Sudán y la contribución con los socios internacionales", se apunta en la nota.
A principios de febrero, en medio de los grandes avances del Ejército, el Consejo Soberano anunció una hoja de ruta para "preparar la fase de posguerra y reanudar el proceso político" junto a otras fuerzas civiles, del que excluyó a los paramilitares y a otros grupos políticos aliados.
En 2021, Al Burhan lideró un golpe de estado que terminó con el gobierno civil del primer ministro Abdalá Hamdok, que duró dos años.
