"Es necesario que pongamos a nuestros amigos en China al tanto del proceso de las conversaciones indirectas con Estados Unidos y tengamos consultas", dijo el canciller en declaraciones a la televisión estatal iraní a su llegada a Pekín, donde está previsto que se reúna con su homólogo, Wang Yi, entre otros dirigentes.
Según Araqchí, China y Rusia son "socios estratégicos" y "amigos cercanos" que han apoyado a Irán "en los tiempos difíciles", por lo que es natural que su país mantenga "consultas con ellos de manera continua y sobre diversos temas".
El ministro iraní, que ya viajó a Rusia la semana pasada, tiene previsto entregar un mensaje del presidente de su país, Masud Pezeshkian, al Gobierno chino, cuya posición, recordó, "es de apoyo a las conversaciones en curso".
"Estoy seguro que en adelante es necesario que (China) siga jugando el mismo papel, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, como miembro de la Junta de Gobernadores (de la OIEA) y como socio de la República Islámica de Irán, y continuaremos nuestras consultas", agregó.
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Irán y Estados Unidos han celebrado ya dos rondas de conversaciones para tratar de resucitar el pacto nuclear, que ambas partes calificaron como constructivas.
China es uno de los firmantes del acuerdo alcanzado en 2015, que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones, y que fue abandonado en 2018 de forma unilateral por el presidente estadounidense, Donald Trump, durante su primer mandato.
Pekín ha manifestado reiteradamente su apoyo a la vía diplomática.
Araqchí ya visitó China el pasado diciembre. En aquella ocasión, aseguró a su homólogo chino que "profundizar la asociación estratégica integral con China es una prioridad para la política exterior iraní".
Wang, por su parte, defendió entonces "una resolución diplomática" del conflicto nuclear y expresó su oposición a las "sanciones unilaterales" impuestas contra Teherán.
Al margen del pacto nuclear, también está previsto que Araqchí aborde en Pekín el acuerdo de cooperación económica a 25 años que China e Irán firmaron en 2021, que contempla inversiones chinas en los sectores iraníes de energía e infraestructuras.
A cambio, Teherán, uno de los principales productores de hidrocarburos y afectado por las sanciones de Washington, garantiza a Pekín un suministro estable de petróleo y gas a precios competitivos.
En los últimos años, China ha reiterado su oposición a las sanciones estadounidenses contra Irán y defendido el derecho del país persa al uso pacífico de la energía nuclear dentro del marco del Tratado de No Proliferación Nuclear.
