Ambas huelgas tendrán una duración de cuatro horas y afectarán a buena parte de los trabajadores de tierra del principal aeropuerto del país nórdico, entre ellos los de recogida de equipajes, catering y mantenimiento de aeronaves.
Según explicó Finnair en un comunicado, el paro previsto para este lunes ha obligado a la aerolínea a cancelar unos 50 vuelos, lo que afectará a cerca de 3.600 viajeros.
La huelga del miércoles tendrá una incidencia aún mayor, ya que se suspenderán 110 vuelos programados y obligará a unos 11.000 pasajeros a alterar sus planes de viaje.
La aerolínea ofrecerá a los viajeros afectados la posibilidad de cambiar sus vuelos o bien de cancelar sus reservas y solicitar el reembolso del billete no utilizado.
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Estas dos huelgas parciales se suman a las convocadas el pasado 19 y 30 de mayo, que obligaron a Finnair a cancelar más de 200 vuelos y afectaron a unos 22.000 pasajeros.
Con estas protestas, el sindicato IAU trata de presionar a la patronal del sector aéreo para lograr mejoras salariales en las negociaciones sobre un nuevo convenio colectivo.
La organización sindical rechazó la semana pasada la propuesta presentada por el mediador del Estado para tratar de alcanzar un acuerdo que ponga fin al conflicto laboral, al considerarla insuficiente, y optó por continuar con los paros parciales.
Además de los trabajadores aeroportuarios, el colectivo de pilotos de Finnair también mantiene una disputa laboral con la aerolínea, que busca reducir lo máximo posible sus costes operativos para recuperar su rentabilidad.
Tras ganar 37 millones de euros en 2024, Finnair registró una pérdida neta de 50,8 millones de euros en el primer trimestre de este año, un 70 % más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, debido a las huelgas de los pilotos y al aumento de los costes.