La falta de fondos ya está reduciendo parte de la ayuda que el PMA ofrece en la capital, Jartum, y otras zonas del país, devastado por más de dos años de guerra civil y donde algunas áreas sufren hambruna, indicó Bukera por videoconferencia desde Port Sudan a los periodistas acreditados ante la ONU en Ginebra.
"Nuestras raciones de aceite y legumbres han tenido que ser retiradas debido a la falta de recursos", advirtió Bukera, quien subrayó que si no llegan más fondos "no podremos dar la ayuda que los sudaneses necesitan".
Pese a las dificultades, la agencia está brindando ayuda actualmente a cuatro millones de personas en el país, cuatro veces más que a principios de 2024, y espera aumentar la cifra a siete millones.
Bukera visitó recientemente la ciudad de Omdurmán, vecina a Jartum y una de las más afectadas por el conflicto, donde el PMA ha podido reabrir sus oficinas.
"Fuimos testigos de la destrucción generalizada y el acceso limitado a agua, sanidad y electricidad, mientras algunas partes están afectadas por una epidemia de cólera. La vida está regresando, pero algunos barrios siguen abandonados como en una ciudad fantasma", describió.
Bukera aprovechó para pedir a los bandos combatientes en el conflicto (ejército sudanés y paramilitares) que pongan fin a los ataques a personal humanitario, después de que la semana pasada cinco trabajadores fallecieran en Darfur Norte al ser atacado un convoy del PMA y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).