El jefe del Ejecutivo estuvo acompañado del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y asistieron también la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, la costarricense Rebeca Grynspan, el economista estadounidense Joseph Stiglitz, la italiana Mariana Mazzucato y los argentinos Martín Guzmán y Emilio Ocampo.
El Gobierno español informó de que todos ellos coincidieron en que la declaración que sale de la conferencia de Sevilla, organizada por la ONU, es pragmática y alineada con los retos globales del desarrollo y, por ello, la consideran un éxito diplomático y muy ambiciosa teniendo en cuenta el actual contexto internacional.
Hubo coincidencia también en subrayar la importancia de dar continuidad e implementación a los avances logrados, especialmente en dos ejes clave.
El primero de ellos, impulsar mecanismos innovadores de financiación, con un papel central de los bancos regionales para movilizar recursos en países empobrecidos.
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A ello se añade la necesidad de que haya un impulso europeo, con España liderando la agenda y buscando involucrar más activamente a la UE.
De la misma forma, resaltaron la trascendencia de que la declaración no se quede en meras palabras al ofrecer herramientas concretas para que pueda aplicarse.
