En un comunicado firmado por las familias, agrupadas en la Asociación de Padres de las Niñas Desaparecidas de Chibok, elogiaron al expresidente nigeriano Muhammadu Buhari -quien murió el pasado 13 de julio a los 82 años- por su papel en el retorno de 103 de las niñas, y exigieron a las autoridades medidas concretas para traer de vuelta al resto.
"Cuando el presidente Buhari asumió el cargo en 2015, manteníamos una esperanza cautelosa, ya que algunas de nuestras hijas regresaron durante su mandato, y por esos reencuentros y esfuerzos, estamos silenciosamente agradecidos", señalaron en el comunicado.
"Pero para muchos de nosotros, nuestras esperanzas se vieron finalmente truncadas: 87 de nuestras hijas siguen desaparecidas", añadieron.
En ese sentido, subrayaron que el camino "aún no ha terminado" y reiteraron su llamamiento: "devuelvan a nuestras niñas, a cada una de ellas".
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El secuestro ocurrió el 14 de abril de 2014, cuando terroristas de Boko Haram irrumpieron en esa remota comunidad del estado de Borno y asaltaron una escuela secundaria femenina, llevándose por la fuerza a 276 alumnas.
El caso conmocionó al mundo y desató una campaña en redes sociales que se hizo viral bajo el lema "Bring Back Our Girls" ("Devolved a nuestras niñas"), con la que se exigía su liberación y que contó con el apoyo de figuras como la entonces primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.
Boko Haram fue creado en 2002 en Maiduguri, capital de Borno, por el líder espiritual Mohammed Yusuf, con el objetivo de denunciar el abandono del norte del país por parte de las autoridades.
Desde la muerte de Yusuf a manos de las fuerzas de seguridad en 2009, el grupo se radicalizó y busca imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur.
Boko Haram y, desde 2016, también su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés), han matado a más de 35.000 personas y provocado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos gubernamentales y de la ONU.
