La alerta internacional, destinada a la búsqueda de personas desaparecidas, se suma a los esfuerzos de las autoridades colombianas que han desplegado un operativo con más de 200 civiles en bosques, ríos, viviendas y bodegas abandonadas del municipio donde la menor fue vista por última vez.
Valeria desapareció en inmediaciones del Gimnasio Campestre Los Laureles, su colegio en el departamento de Cundinamarca, situado junto al río Frío.
"No hemos recibido ninguna llamada ni extorsión. Es un caso extremadamente raro", dijo a medios locales el padre de la niña, Manuel Afanador, al insistir en que se intensifiquen los esfuerzos de búsqueda.
Entre las hipótesis oficiales figura la posibilidad de un accidente en el afluente del río o de un rapto.
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Las autoridades han recolectado más de 20 terabytes de grabaciones de cámaras de seguridad para trazar la ruta que pudo haber seguido Valeria y aumentaron a 70 millones de pesos (unos 17.000 dólares) la recompensa por información que conduzca a su paradero.
La desaparición mantiene en vilo al país. En Cajicá, vecinos y familiares realizaron una caminata para exigir su regreso, mientras el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, pidió a la Fiscalía y a la Policía priorizar la investigación.
