El juicio a un rapero marroquí genera críticas por vulnerar la libertad de expresión

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Rabat, 18 dic (EFE).- La detención y el juicio contra un rapero marroquí por presuntas injurias a instituciones del Estado ha suscitado críticas de defensores de la libertad creativa en Marruecos, que ven en su detención un menosprecio a la especificidad del género rap y una vulneración del derecho de expresión.

Jawad Asradi (conocido artísticamente como 'Pause Flow'), de 30 años y licenciado en Sociología, difunde su música en su canal de YouTube 'Pause', gestionado por una empresa emiratí que le reporta ingresos de entre 200.000 y 600.000 dirhams (entre 18.000 y 56.000  euros) por cada nuevo tema.

Asradi se sienta en el banquillo en un tribunal de la localidad de Sefrou, en el centro de Marruecos, donde este jueves comienza el juicio en su contra tras varios aplazamientos a petición de la defensa, que necesitó tiempo para preparar sus alegatos.

El artista, caracterizado por un tono airado y unas letras incisivas, a menudo irónicas y pesimistas, fue detenido en las primeras horas del 18 de noviembre en un hotel de la localidad de Imouzzar, en el centro del país, tras activarse una orden de búsqueda en su contra.

La Fiscalía le imputa delitos graves como "injuria a una institución constitucional" (la monarquía), "insulto a organismos legalmente constituidos", "injuria a magistrados" y "menosprecio a decisiones judiciales".

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Además, la imputación se refiere a los delitos de "insulto a funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, difamación y calumnias" y "difusión de alegaciones falsas” e “incitación a cometer delitos".

Las acusaciones se basan en frases extraídas de 16 canciones publicadas entre febrero de 2016, cuando tenía 21 años, y noviembre de 2024, algunas de las cuales superan los 17 millones de visualizaciones en YouTube.

En ellas critica duramente la gestión de las riquezas del país, muestra solidaridad con lo que considera presos políticos y denuncia la represión, cuestiona a intelectuales y a otros raperos por ignorar las preocupaciones populares.

Entre las citas más contundentes figuran expresiones de 2016 como "Dame un encendedor para quemar mi país y todo lo que hay en él" o "Solo dadnos armas, el pueblo se unirá, todos morirán, nadie quedará vivo".

En una declaración a EFE, el rapero marroquí Lz3er consideró que el arresto de los artistas es algo inaceptable y que nadie lo acepta en absoluto, al tiempo que defendió el lenguaje directo del rap por tratarse de un arte juvenil.

"El rap es un medio para expresar la realidad vivida. Es un arte cercano a los jóvenes y utiliza un lenguaje juvenil directo: llama a las cosas por su nombre", añade.

Asimismo, aborda temas como la normalización diplomática con Israel en 2020, con versos como "Marruecos es extraño, llora con Gaza y negocia con Tel Aviv".

El abogado Idriss El Hedrouki, miembro del equipo de la defensa del rapero, declaró a EFE que juzgar a Asradi por contenidos artísticos supone "una vulneración de la libertad de expresión".

Destacó, especialmente, la falta de denuncias de personas o instituciones afectadas y lamentó que la Justicia haya rechazado las peticiones de la defensa para que el rapero fuera juzgado en libertad provisional.

Asradi, cuyo talento heredó de su padre, un artista popular, comenzó a componer a los 17 años y abrió su canal en 2017.

Paralelamente al proceso, unos 80 raperos, intelectuales y activistas de derechos humanos, entre otros, han lanzado una petición firmada por cerca de 5.000 personas que exige su liberación.

Además, pide el fin de las persecuciones judiciales contra artistas por sus opiniones.

La petición denuncia que el juicio se fundamenta en "interpretaciones erróneas de extractos de letras", con una lectura "no artística" que ignora la particularidad del rap, y alerta sobre el "peligro de someter producciones juveniles a la lógica de la criminalización".

Los firmantes reclamaron un "marco legal" que proteja la creación artística y la libertad de opinión, así como que elimine las penas privativas de libertad por contenidos creativos, lo que, a su juicio, ofrecería "una protección jurídica efectiva a los artistas y fomentaría la creatividad".