"Creo que es muy valiente hacerlo y cuando uno de alguna forma desbloquea todas las creencias limitantes que tiene acerca de irse puede lograr cosas que uno no pensó siquiera que lo iba a hacer", asegura en una entrevista con EFE en Montevideo, a donde llegó en 2016.
Pasaron casi diez años desde que arribó a un país al que unas amigas que ya vivían allí la alentaron a ir y que le pareció que era el más abierto a recibir migrantes. Hoy subraya que no se equivocó.
"Fui muy bien recibida. Puertas abiertas. Son acogedores y sobre todo empáticos con la situación. Cuando uno dice que es venezolano, lamentan mucho la situación política y económica y esa comprensión hace que uno no se sienta solo", detalla.
Tras arribar a Montevideo, Lozada estuvo unos siete u ocho meses sin conseguir trabajo, en los que le ofrecieron a ella y a quien hoy es su socia cocinar tequeños.
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"¡Tu estás loca!", le dijo cuando ella aceptó la propuesta, ya que ninguna de las dos habían hecho antes ese típico plato de su país. De todas formas comenzaron a hacerlos.
"Nos lanzamos en esa aventura. En ese momento yo lo único que sabía hacer era márketing y redes sociales y ella se avocó un poco a la receta. Finalmente, ella encuentra trabajo y quedó lo de los tequeños medio en el aire. Como yo no tenía empleo, dije: 'Me voy a poner a hacerlos y a promocionarlos por redes sociales'. Vendía una bandeja de tequeños cada muerte de obispo", rememora.
Cuatro años después de comenzar la producción en un apartamento, Lozada y su socia fundaron la primera fábrica de tequeños de Uruguay, en 2022 la primera tequetienda en línea y en 2023 llegaron al millón de tequeños elaborados y repartidos.
"El uruguayo de alguna forma empezó a hacer suyas las formas de comerlo. No lo comen igual que nosotros. El uruguayo puede comerlo en la cena, en un almuerzo y nosotros generalmente lo hacemos en fiestas. Fiestas sin tequeños no es fiesta. Que forme parte de la mesa de los uruguayos en celebraciones también para nosotros es muy importante", sostiene.
Lozada dice que crecer en Uruguay ha sido un trabajo de mucha paciencia, de entender los procesos, de no dejar nunca de trabajar, de observar dónde está la oportunidad y apuntar hacia ese lugar.
En ese sentido, aunque asegura que migrar es muy duro, alienta a quienes lo hacen a pensar en lo que quieren y luego lograr todo lo que se proponen.
"Salí de Venezuela pensando que necesitaba lograr independencia financiera y libertad financiera para eventualmente retribuir un poco a mi familia. No voy a decir que ya lo logré por completo, pero estoy más cerca de lo que estaba hace diez años", cuenta.
Y aunque aún se cuestiona qué hace en Uruguay cuando debe atravesar cada frío invierno, la respuesta una y otra vez es la misma: "Es mi hogar y es donde he podido progresar, así que una está agradecida con eso".
Invitada a dar un mensaje a los migrantes, Lozada dice: "Diría que hay que creer en las ideas. Creer y hacer para que se puedan materializar. Y sobre todo, ser agradecido diariamente con quienes nos reciben, con quienes nos escuchan y con quienes nos impulsan".
También hace hincapié en la importancia de aprovechar las oportunidades que hay: "Cuando uno abre ese radar y amplía esa mentalidad, se da cuenta de que existen un montón de caminos para llegar a eso que uno quiere llegar.
"Pero lo principal y más importante es definir qué es lo que quiere hacer uno en la vida", concluye una de las fundadoras de 'Tequeños La Rambla'.
