El Ministerio de Defensa emiratí informó en un comunicado de la retirada de "los restantes equipos antiterroristas en el Yemen por su propia voluntad" y tras realizar "una evaluación exhaustiva de las necesidades de esta etapa", teniendo en cuenta "los compromisos de Emiratos y su apoyo en la seguridad y estabilidad de la región".
La nota omitió la advertencia previa de Riad, que declaró que las acciones de Emiratos en el Yemen, impulsando la ofensiva militar del separatista Consejo de Transición Sureño (CTS), constituyen una "amenaza para la seguridad nacional del reino" y que "no dudará en tomar las medidas necesarias para afrontarlas y neutralizarlas".
Este fue el primer mensaje saudí con acusaciones directas contra EAU y su apoyo a los independentistas yemeníes, quienes a principios de diciembre lanzaron una ofensiva relámpago en el este del Yemen que culminó con la toma del control de dos provincias fronterizas con Omán y Arabia Saudí, situación que profundiza aún más el colapso del país.
En la mañana de este martes, la coalición militar contra los hutíes liderada por Riad -y de la que también forma parte Emiratos- lanzó un ataque contra un cargamento de armas, vehículos de combate y equipo militar que llegaron al Yemen procedentes de EAU, según denunció el Gobierno internacionalmente reconocido del Yemen, conocido como Consejo de Liderazgo Presidencial (CLP).
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Tras la operación saudí, el CLP ordenó a todas las fuerzas emiratíes y su personal retirarse del territorio yemení en un plazo de 24 horas, al tiempo que impuso el estado de emergencia de tres meses en las zonas que controla en el país, además de un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo de 72 horas.
El Gobierno yemení también rompió su acuerdo de defensa conjunto con Emiratos por su apoyo a los secesionistas del sur, quienes aspiran a restablecer el Yemen del Sur, un Estado independiente desde 1967 a 1990.
Los separatistas sureños respaldados por Emiratos consideraron "ilegales" estas medidas, que a su juicio profundizan el "colapso" del país, en un comunicado que evidenció una fractura en el seno del CLP, dado que cuatro de sus ocho miembros se mostraron contrarios a la decisión.
Emiratos negó por su parte cualquier apoyo a los secesionistas del sur y dijo estar "sorprendido" por el ataque de aviones saudíes contra el cargamento que Abu Dabi trasladó al puerto yemení de Mukalla, ya que, según ellos, hubo una coordinación previa con sus aliados.
Además, desmintieron que hubiera armas en el material que fue bombardeado.
Poco después, en otro comunicado, las autoridades emiratíes anunciaron la retirada de todas sus tropas del país de forma "voluntaria".
La actual crisis secesionista ha escalado las tensiones internas que, según autoridades yemeníes y saudíes, podrían reavivar luchas que les benefician indirectamente a los rebeldes hutíes del Yemen, quienes podrían consolidar posiciones y explotar la fragmentación, en el marco de un conflicto que ha durado más de una década y ha causado un colapso humanitario en el país.
Este movimiento insurgente chií respaldado por Irán inició un golpe en 2014 capturando Saná y amplias regiones del norte y oeste del Yemen. Representan el principal adversario de la coalición y el Gobierno reconocido, controlando la capital y zonas estratégicas que incluyen accesos al mar Rojo.
