“Sí que hay señales” de una actividad desacostumbrada en torno al principal emplazamiento norcoreano de ensayos nucleares, declaró Ryoo Kihl-jae a una comisión parlamentaria sin más detalles.
Según el diario JoongAng Ilbo, los movimientos alrededor del emplazamiento de Punggye-ri son de la misma naturaleza que los observados antes de la tercera prueba atómica norcoreana, el pasado 12 de febrero, sancionada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y fuente de las actuales tensiones en la península coreana.
“Seguimos muy de cerca la situación, que se parece enormemente a lo que vimos antes de la tercera prueba”, declaró esta fuente.
Corea del Norte, que recientemente instaló dos misiles de alcance medio en su costa oriental, también podría realizar un tiro de pruebas esta semana en una escalada destinada a obtener concesiones de Washington, por ejemplo una reanudación sin condiciones de las negociaciones del programa nuclear civil.
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“Intentamos determinar si se trata de una verdadera preparación de cara a un ensayo nuclear o de una estratagema para acentuar la presión contra nosotros (Corea del Sur) y Estados Unidos”, subrayó la misma fuente.
Después del paquete de sanciones adoptado por la ONU tras su prueba nuclear de primeros de febrero, y de las maniobras conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur, el Norte ha multiplicado estas últimas semanas las declaraciones belicosas.
Como medida de apaciguamiento y para dejar a Pyongyang la responsabilidad de la escalada, Washington pospuso hasta el mes que viene un ensayo de Minuteman 3, un misil balístico intercontinental de ojivas nucleares, que tenía previsto disparar la próxima semana desde la base aérea californiana de Vandenberg.
Estados Unidos y Corea del Sur elaboran planes para responder en forma acorde pero medida a las acciones de Corea del Norte, para evitar una escalada hacia una guerra abierta, informó a última hora del domingo el diario The New York Times.
Pekín, único aliado de peso del régimen norcoreano, hizo una severa advertencia implícita a su vecino, cuya economía vive bajo perfusión china.
“Nadie debería estar autorizado a precipitar en el caos a una región, y con más razón aún al mundo entero, por egoísmo”, declaró el presidente chino Xi Jinping sin citar a Corea del Norte ni a Estados Unidos.
