Centros de estudiantes

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Estuve siguiendo el reclamo de los estudiantes del Nivel Medio, que buscan una norma especial para que puedan crear sus centros de estudiantes sin obstáculos.

La educación cívica es nula en nuestro sistema educativo, al igual que la educación política. ¿Por qué sigue habiendo directores que no permiten a los jóvenes organizarse, aprender a sufragar, aprender a involucrarse en la política y, principalmente, aprender a elegir? Las cadenas de la dictadura hace tiempo se rompieron, pero siguen soldadas en la idiosincrasia de todos los paraguayos.

Eliminar las anteojeras de la gente, esas piezas que caen junto a los ojos del animal, para que no vean por los lados y avancen solo hacia donde su amo le dirige, parece ser una tarea titánica, pero hay que empezar en algún lado y ese lugar son las aulas.

Que los jóvenes exijan una ley que los ampare para ejercer derechos cívicos y políticos no es una idea descabellada. Que ya están consagrados sus derechos en nuestra Carta Magna y por resoluciones ministeriales, no es justificación suficiente para demeritar el pedido.

Nuestro país sangra porque no se respetan las leyes, y sangra más cuando estas leyes están dispersas y no responden a necesidades consuetudinarias.

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Enseñar buena política debe ser materia de estudio en nuestras aulas. Los niños y jóvenes deben aprender lo que significa ser un verdadero político; lo que significa realmente hacer política, cuyos conceptos están diametralmente opuestos a las prácticas egoístas de ratería de nuestros mal llamados representantes. La educación en la casa, en las aulas, en las calles es la única amenaza para la corrupción y esta educación debe iniciar desde temprano. Que los jóvenes aprendan a elegir y se involucren formalmente en la política de sus centros de estudiantes, sin la apatía que caracteriza a muchos, es una idea que puede cambiar la miseria en la que vivimos.

Irene Saldívar