Esta mañana, en comunicación con ABC, el comisario Silvino Cantero, director de Policía del Departamento Central, se expidió en relación a lo sucedido la noche en que el efectivo policial Isidro Casco asesinó a sus dos hijos, cuñada y suegros para luego autoeliminarse.
La expareja del oficial y madre de los niños asesinados, Beatriz Romero, contó que había hecho una videollamada con él horas antes de que ocurriera la tragedia. Señaló que el hombre alucinaba y dijo que incluso llamó a la Policía porque creía oír voces de otras dos personas.
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Al respecto, el Crio. Cantero confirmó que Casco llamó a uno de sus camaradas porque supuestamente dos personas entraron a su casa. “El personal se fue y se acercó a la subcomisaría que estaba en el barrio. Efectivamente, revisaron todo el patio de su domicilio completo, si no había alguien en su casa, se verificó totalmente, eso fue lo que ocurrió, pero eso de que encontraron las dos armas, no”, expresó y acotó que eso ocurrió aproximadamente a las 2:00 de la madrugada.
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“Él manifestó que escuchó ruidos en el patio de su casa, se verificó completamente y él se quedó en su domicilio con su familia, que queda cerca de la casa donde vivían sus suegros”, reiteró; no obstante, resaltó que los agentes intervinientes no son de la misma comisaría donde prestaba servicio, ya que el suboficial ahora fallecido trabajaba en la Comisaría N° 21 de Itauguá.
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Al ser consultado sobre si los intervinientes notaron que estaba bajo los efectos de estupefacientes, respondió que seguramente van a ser llamados por el Ministerio Público para dar su versión de cómo hallaron al hombre, que prácticamente una hora después acabó con la vida de seis personas en total, incluida la suya.
Dijo que la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Nacional también va a realizar las investigaciones de cómo lo encontraron, pero aseguró que durante el servicio que prestaba no demostró ninguna conducta inapropiada, según las manifestaciones de la dependencia donde él trabajaba, declaró.
El lamentable asesinato de toda una familia tuvo lugar el pasado 3 de julio. Las víctimas fatales fueron identificadas como: Alberto De La Cruz Riveros Benítez (53), Amalia Beatriz Caballero Portillo (50) —padres de la pareja del policía—; Liliana Mariel Gómez Caballero, menor de 16 años (hermana de la pareja, cuñada del oficial) y dos niños, de uno y dos años. Además, otras dos personas quedaron heridas: una joven de 18 años y un menor de 11.
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Según los datos que se manejan, el uniformado estaba bajos los efectos del alcohol y drogas; además, ya contaba con denuncias por violencia intrafamiliar, pero solo había recibido una multa por este hecho. Su pareja -madre de los dos niños asesinados- había ido a España hace ocho meses y, según la misma comentó, en los últimos tiempos el hombre insistía mucho a fin de que regrese.