Dirán algunos funcionarios complacientes que este no es el mejor momento para reclamar a la Argentina, por la crisis económica en la que rema, acentuada por la pandemia; sin embargo, el cuadro clínico nacional no es muy diferente, tanto por el veloz crecimiento de la deuda pública, así como de su déficit fiscal, igualmente agravado por el covid-19, que en los últimos días se propaga con un ritmo mucho más inquietante.
Admitamos, al menos por unos minutos, que la mora argentina, debido a los hechos apuntados, es explicable. No obstante, las otras aristas del problema que emergieron ayer empujan a concluir que hay indolencia en los funcionarios de la Cancillería, porque la mora argentina empieza en diciembre de 2018 y se prolonga inclusive hasta julio pasado.
De acuerdo con nuestros informantes, la deuda argentina con nuestro país tiene la siguiente composición: 2018, un saldo de US$ 6.500.000; 2019, US$ 67.958.778 y por los siete meses del corriente ejercicio, US$ 31.923.875.
Se supo igualmente que la morosidad argentina con nuestro país tiene raíces más profundas. En efecto, el año pasado el Ministerio de Hacienda registró el pagó de US$ 125.139.782, “el mayor pago por cesión de la energía paraguaya de Yacyretá desde 1995”, pero correspondientes a las deudas acumuladas en 2017 y 2018.
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Lamentablemente, no pudimos informarnos si estos pagos incorporaban las partidas generadas por las tasas que castigan la morosidad, en rigor no pudimos saber si nuestro país cobra intereses de este tipo a la Argentina.
US$ 9,13/MWh
De acuerdo con la fuentes consultadas, desde 1995 hasta noviembre de 2028, nuestros socios en Yacyretá pagaron al Tesoro nacional US$ 1.429.451.151 por cesión de energía paraguaya en Yacyretá. En el mismo período (24 años), las fuentes que consultamos informaron que nuestro país cedió 156.520.950 MWh.
Como la “compensación” por cesión de energía, así como sucede en Itaipú, en definitiva, es el precio de la energía paraguaya en Yacyretá, al dividir la suma remesada por la cantidad de MWh cedidos, encontramos que el promedio abonado a nuestro país es US$ 9,13/MWh. O sea, por cada 1.000 kWh que cedió Paraguay recibió, en promedio de la Argentina 9 dólares con 13 centavos.
En marzo pasado, ABC publicaba que firmas del vecino país vendían energía de Yacyretá, inclusive parte de la que le cede el Paraguay al sistema brasileño hasta por US$ 120/MWh.
En Yacyretá, tal como ocurre en Itaipú, nuestro país subsidia el sistema eléctrico argentino con la energía que no es utilizada “para su propio consumo”.
“...Con la energía que cedemos en Yacyretá, Argentina ahorró el equivalente a dos años de generación térmica, que es mucho más costosa que la hidroeléctrica”, advertían nuestros informantes.
Con la intención de evidenciar la subestimación de gobiernos paraguayos de turno de nuestra energía en Yacyretá, señalaron también que la energía cedida es diez veces superior al actual consumo, por año, del sistema Interconectado Nacional (SIN).
¿El Tratado o la NR de 1992?
En el cálculo de la “compensación” por cesión de energía, según nuestras fuentes, “al menos en esto” se respeta el Anexo C, respondieron nuestras fuentes cuando se les preguntó si se utilizaba la Nota Reversal de 1992 o el Tratado de 1973. “Si se aplicaba la NR'92 a la cesión de energía, hubiéramos percibido en el período de referencia solo el 50% de lo que hasta ahora se cobró”, añadieron.
