El primero en dar a conocer que debido a la gran cantidad de agendamientos debieron suspender temporalmente la realización de pruebas de COVID-19 fue el laboratorio Díaz Gill, que comunicó el hecho a sus pacientes a través de mensajes y en sus redes sociales.
Se intentó consultar con otros laboratorios privados que prestan el mismo servicio, pero no obtuvimos respuestas.

De esta manera, el sector privado también empezaría a sentir el efecto de la gran demanda para dichas pruebas. En el sistema sanitario viene arrastrando el mismo problema hace un tiempo, según denuncias de propios trabajadores de la salud.
