CAACUPÉ, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Una gran cantidad de personas llegó ayer a esta ciudad para el cumplimiento de sus promesas y visitar a la Virgen de los Milagros de Caacupé, a menos de un mes del inicio del novenario. Los fieles de esta forma buscan adelantar su participación en la festividad mariana, atendiendo las restricciones de este año para mitigar la propagación del covid-19.
La celebración eucarística estuvo presidida por el obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela. El ingreso a la Basílica para la participación del oficio religioso fue restringido a una pequeña cantidad, pero mucha gente igualmente estuvo en la explanada y calles adyacentes.
Entre los presentes estaban personas de la tercera edad y niños menores de 12 años, incluso recién nacidos que fueron llevados pese a las recomendaciones y restricciones sanitarias para evitar un contagio masivo del coronavirus.
Muchos devotos tampoco cumplieron con los protocolos sanitarios de distanciamiento social, uso correcto de tapabocas, entre otros.
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Luego de la eucaristía mucha gente se agolpó al Tupãsy Ykua (pozo de la Virgen). En el sitio no existía control alguno por parte de autoridades locales, sanitarias y de seguridad por lo que el cumplimiento de las medidas sanitarias fue nulo.
Celebraciones locales
Desde la Basílica, lanzaron un pedido especial para todas las diócesis del país. La solicitud es que los obispos arbitren los medios necesarios para establecer celebraciones litúrgicas en honor a la Virgen de Caacupé en cada comunidad.
Se incluya el rezo del rosario y momentos de reflexión en cada parroquia del país, como una manera de vivir el novenario desde cada rincón del país y de esa forma evitar las peregrinaciones masivas.
Instan a ejercer la santidad
El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, señaló ayer durante su homilía que la santidad no es un privilegio de algunos sino es un deber que tiene todo bautizado. “Si los santos pudieron, por qué nosotros no. La fiesta de todos los santos debe ser un llamado a imitarlos. Todos estamos llamados a ser santos, es la vocación del cristiano”, expresó. Instó a ejercer la santidad en el trabajo y en la familia.
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