Los comerciantes expresaron que las personas acuden, pero ya no como cuando el pasaje era obligatorio con billetaje electrónico.
Recordemos que, según dijo el viceministro de Transporte, Pedro Britos, en principio el 1 de enero de 2021 empezaría a regir la obligatoriedad. Es decir, nos encontramos a un mes y medio de que comience esta obligatoriedad y aún se observa un relajo de la ciudadanía al momento de querer adquirir las tarjetas, recargarlas y hacer de su uso un hábito.
Otra queja de los comerciantes es que las empresas distribuidoras de Jaha y Más no están abasteciendo el producto. Debido a esto, cuando los clientes acuden a preguntar si hay tarjetas, deben poner un cartel que indique que estas se agotaron.
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Denuncian además que los encargados de las empresas les mienten, diciéndoles todo el tiempo que en la brevedad se les estará reponiendo el producto, pero esto no ocurre.
Este tiempo que otorgó el viceministro tiene el objetivo de poder abastecer a los locales que tienen que hacer la venta.
Comerciantes denunciaron además que alrededor de sus negocios formales hay revendedores que ofrecen las tarjetas a G. 20.000. La sospecha es que las están consiguiendo en el mercado negro para generarse ganancia.
Como los vendedores formales no tienen comisión por la venta dentro de sus locales, muchos desisten de la comercialización y deciden no ofrecer el servicio.
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El pago mixto rige hasta el 31 de diciembre y luego volverá a ser obligatorio el uso exclusivo del billetaje electrónico.
Una eterna historia
Las primeras conversaciones sobre el boleto electrónico comenzaron en el año 2009, cuando Carlos Amarilla, entonces gobernador de Central e interventor de la Secretaría del Transporte del Área Metropolitana, firmó contrato para la inminente implementación del boleto electrónico.
Ese año, el mismo Carlos Amarilla denunció un presunto negociado detectado entre funcionarios del ente regulador y la firma en cuestión.
A principios de enero de 2010, un Tribunal ordenó suspender la ejecución del plan que en teoría comenzaría a funcionar a fin de mes.
Ya en 2013, con un nuevo gobierno, el tema volvió al tapete y empresarios que anteriormente se mostraban renuentes al billetaje electrónico presentaron su propuesta al Ejecutivo.
Las cosas no avanzarían con rapidez, ya que tres años después se ejecutó el primer plan piloto. Este involucró a 200 estudiantes que podían usar la tarjeta en 20 unidades de transporte de dos empresas.
Se pretendía que en un plazo corto el sistema esté funcionando para ponerlo al servicio de la ciudadanía.
El plan piloto arrojó resultados tan positivos que el viceministro de Transporte de ese momento, Agustín Encina, adelantó que para febrero de 2017 el billetaje electrónico sería una realidad.
Sin embargo, cuatro meses más tarde de la fecha señalada, la etapa final no concluía, pese a que Encina la describía como un mero trámite de 15 días.
Pero a pesar de la gran expectativa, la administración Cartes culminó su periodo sin lograr la implementación del boleto electrónico.
Los nuevos responsables ya ni se animaban a dar una fecha estimativa.
En junio de 2019, la ciudadanía tuvo novedades del tan anhelado sistema tras conocerse cuáles serían las tarjetas en circulación. El 1 de octubre se hizo la presentación y desde el 23 los viajes con pago electrónico fueron posibles.
Pero pese a ese anuncio, a la hora de la implementación total, exactamente un año después, las tarjetas fueron insuficientes y las personas tuvieron que sortear todo tipo de dificultades para acceder a las mismas.
Después de tantas idas y vueltas hay una nueva fecha: el 31 de diciembre. Hasta entonces se permitirá que las personas paguen sus pasajes en efectivo o con la tarjeta, pero posteriormente el pago electrónico deberá ser total.