La menor vivía aparentemente con su madre en un inquilinato, en condiciones infrahumanas, encerrada en una pieza, sin comida ni agua. Lo poco que tenían eran dos camas, una heladera sin funcionar y en esta, comida podrida.
Hasta el momento no se conocen los motivos que llevaron a su progenitora a mantener a la niña en dichas condiciones.

La fiscal solicitó medidas de contención psicológica así como la inspección médica de la menor.
La inspección estuvo a cargo de la médica forense de turno. El informe de esta refirió que descarta algún tipo de abuso sexual pero la niña denota un estado de desnutrición avanzada, además esta deshidratada y con bajo peso.
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Con esta intervención se precauteló los derechos y garantías establecidos en el Código de la Niñez y la Adolescencia, afirmaron desde el ministerio público.
