Guainos y criadazgo, explotación naturalizada

La misma es aún más específica puntualizando que es en lo referido al trabajo infantil, (trata de personas, proxenetismo y pornografía infantil). “De acuerdo al análisis realizado, se puede inferir que se debe a las restricciones sanitarias establecidas con motivo de la pandemia por covid-19, es decir, el encierro de los niños, niñas y adolescentes propició la invisibilización de la situación de trabajo infantil”, afirmó.

Sin embargo, “la pandemia permitió la detección de una situación que afecta principalmente a adolescentes de las zonas de Caaguazú, San Pedro, Alto Paraná e Itapúa, quienes habrían sido víctimas de trata con fines de explotación laboral en San Pablo, Brasil, lo que derivó en la apertura de varias causas que se encuentran en investigación”, manifestó.

De acuerdo a las estadísticas de la Unidad Especializada, durante el año 2020 un total de 302 NNA (Niños, Niñas y Adolescentes) fueron abordados por el equipo técnico de la Dirección Técnica de Apoyo, de los cuales 144 corresponden a trata de personas.

“Si bien hay un aumento significativo de niños en situación de trabajo en calle, (trabajo infantil), no siempre configuran los hechos punibles que podrían ser investigados por esta Unidad Especializada, podrían configurar otros hechos punibles a ser investigados por unidades ordinarias, o cuestiones sociales que deben ser atendidas por otras instituciones”, indicó.

La fiscal Carina Sánchez mencionó que existen muchas situaciones de trabajo infantil que se encuentran naturalizadas en nuestra sociedad, en especial en las zonas rurales, como por ejemplo, los casos de los niños utilizados como guainos y los casos de niños, niñas y adolescentes en condiciones de criadazgo.