Las investigaciones efectuadas por la Fiscalía de la ciudad de Ñemby señalan que el exsacerdote Saturnino López renunció a sus votos tras un incesante acoso de un maleante que le exigía millonarias sumas de dinero para no revelar sus inclinaciones sexuales.
Una vez fuera de la Iglesia católica, el excapellán formó parte de un grupo integrado precisamente por exsacerdotes y supuestamente era el encargado de administrar las finanzas, por lo que se presumía que manejaba mucho dinero.
De alguna forma, que nunca se pudo averiguar, Anselmo, quien vivía en un inquilinato en la zona de Ñemby, se enteró de estos datos a inicios del año 2012 y comenzó a mensajear a la víctima con el claro propósito de sacarle alguna ventaja económica.
Sin embargo, el acoso de Anselmo aumentó cuando se enteró de que Saturnino López había vendido una propiedad y finalmente pactaron un encuentro en la casa de este último para la noche del martes 1 de mayo de ese año.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Supuestamente, el criminal llegó puntualmente al encuentro, donde comenzaron a beber vino; sin embargo, siempre según los investigadores, Anselmo se descontroló ante algunas insinuaciones del anfitrión y sacó un puñal que portaba en la cintura y le aplicó una herida.
Ante esta situación, la víctima intentó defenderse con un machete que tenía guardado en la casa y hasta logró herir a Anselmo en la mano derecha, pero este último era más joven y fuerte, por lo que logró desarmar a Saturnino López y finalmente lo mató con la misma arma, según explicaron los agentes.
El cuerpo de la víctima quedó tendido en el piso en medio de un charco de sangre, en tanto que el criminal comenzó a buscar desesperadamente dinero en todas las dependencias de la vivienda; sin embargo, solo pudo juntar unos G. 350.000 y algunas monedas.
Ante esta situación juntó todos los objetos de valor que encontró en el lugar y comenzó a llamar a sus amigos, a quienes relató lo que había hecho y les pidió que acudieran a la casa para llevar todo lo que pudieran, pero aparentemente todos se negaron y apagaron sus teléfonos para evitar que Anselmo los siguiera molestando.
El criminal alzó todo lo que pudo sobre la motocicleta de la víctima y antes de escapar encontró una caja en un recoveco de la habitación, pero al abrirla sólo halló un aparato de uso sexual que arrimó al cadáver y escapó.
Al día siguiente, un familiar descubrió el crimen y los investigadores pudieron identificar y detener a los tres amigos del sospechoso, gracias a las llamadas que este hizo desde la escena del crimen.
Todos coincidieron en sus relatos y hasta mencionaron que no durmieron un par de días debido al susto y al macabro relato que Anselmo les hizo de cómo acabó con la víctima. Finalmente, los tres fueron tomados de testigos en el caso por la Fiscalía.
Otros crímenes investigados
Desde la fecha, el criminal aparentemente regresó al Chaco Central, donde permaneció oculto trabajando de hacienda en hacienda como guardia. Pero el 20 de agosto del 2020 nuevamente Anselmo se vio vinculado a un horrendo crimen registrado en uno de los retiros de la estancia Carla Sofía, ubicada en la localidad de Ceibo, departamento de Presidente Hayes, donde la víctima fue el maquinista Luis Clemente Galeano Ramírez (27).
Testigos relataron que la tarde de aquel día los trabajadores del lugar, incluyendo víctima y victimario, estaban reunidos y tomaban bebidas alcohólicas, hasta que surgió una discusión entre el maquinista y Anselmo.
Ya por efecto del alcohol, el fugitivo continuó agrediendo verbalmente a Galeano y este se levantó con intenciones de apaciguar a su compañero de trabajo; sin embargo, Anselmo lo recibió con una descarga de escopeta que le voló la cara y parte de la cabeza.
Mientras los trabajadores del lugar escaparon del retiro, el criminal acomodó el cuerpo de la víctima y prendió fuego al retiro antes de escapar, según mencionaron.
Igualmente, existen fundadas sospechas de que Anselmo fue el responsable de la desaparición de Carlos Baldovino Pérez Duarte, un pequeño productor afincado en la zona de Puerto Pinasco, que fue denunciada el 20 de febrero, también del 2020.
Los pobladores de la zona señalaron que Anselmo y Carlos eran conocidos y hasta llegaron a trabajar juntos y que tras la desaparición de la víctima se le oyó comentar al criminal que había matado a su “socio” y que destripó el cuerpo, que luego rellenó con piedras y finalmente lo arrojó al cauce de un río para hacerlo desaparecer definitivamente. Sin embargo, esto nunca pudo ser confirmado, dijeron los investigadores.
