La República consiste en un antídoto contra toda forma de poder concentrado y para el efecto, el sistema, desde la Constitución busca limitar la permanencia de las personas en los cargos de relevancia, sean estos del Ejecutivo, Legislativo o Judicial, señaló González, al referirse a las sentencias de inamovilidad.
Enfatizó que “los fallos dictados por la Sala Constitucional de la Corte son una afrenta a la institución republicana y a la sociedad civil, dado que además de proclamar un mandato público cuasi vitalicio, subestima la inteligencia y las capacidades del resto de la ciudadanía”.
“Las sentencia vienen a decirnos, evidenciando sin disimulo el espíritu mesiánico o las ínfulas monárquicas de los miembros de la Corte, que ellos (solo ellos) están en posición de salvar la patria del caos y la anarquía”, manifestó el profesional.
Para González “no existe manera de explicar en forma coherente que, decidiendo por sí y ante sí en causa propia y con un clarísimo interés personal, los integrantes de la Corte que beneficiaron a su pares (como ante ellos mismos fueron beneficiados de la dinámica perversa montada en provecho propio), han honrado principios de rango constitucional con la igualdad ante la ley, la transparencia, rendición de cuentas a la ciudadanía, el escrutinio público necesario, el repudio a toda forma de privilegio, etc”.
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“Si los miembros de la Corte consideran que ellos pueden o deben permanecer en el cargo hasta los 75 años, bien podrían haber honrado la lógica de toda Constitución democrática y republicana, generando un espacio de diálogo interinstitucional y cívico para producir una decisión que refleje el consenso mayoritario y sobre todo, que explique a la ciudadanía las razones de orden constitucional, filosófico y político que tornan recomendable seguir esa línea y no otra”, apuntó.
Los antecedentes revelan que el 25 de octubre pasado, cinco ministros de la Corte fueron declarados inamovibles.
Por un fallo, se declaró “vitalicios” a Eugenio Jiménez, Carolina Llanes y Alberto Martínez Simón. Mediante otra sentencia, se declaró inamovibles a Manuel Ramírez Candia y César Diesel.
Lo que más se criticó es el hecho de que los ministros, que se presentaron como el cambio en la Corte, ocultaron sus presentaciones y también las sentencias por las cuales consiguieron atornillarse al cargo hasta los 75 años.
