La misa por la fiesta patronal de Villa Florida fue celebrada a las 8:00 sobre la avenida Luis A. Riart, frente al templo parroquial de esta ciudad. El festejo comenzó a las 7:00 con la procesión náutica en el río Tebicuary, seguida de la procesión terrestre. Participaron con mucha devoción centenares de feligreses.
En su homilía, el padre Carlos Galeano señaló que en este año del trienio la reflexión se centra en el papel fundamental del laicado.
“Somos invitados todos los bautizados a construir una parroquia floreciente en todos sus aspectos. Pongámonos al servicio y dejemos de lado esas diferencias que hacen mucho daño y crean enemistad inútil”, enfatizó el sacerdote.
El párroco resaltó la figura de María, abogada de la gracia y ejemplo santísimo para el pueblo cristiano. Añadió que es abogada porque intercede en el cielo para que Dios otorgue sus dones a los discípulos de Jesucristo y es ejemplo de santidad de vida, de fe, de amor entregado a Dios y a los hermanos, por eso es modelo de la Iglesia y de vida de todo cristiano.
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Señaló que la Virgen María es sin mancha ni arrugas. “Nosotros si tenemos machas y arrugas por el pecado y tenemos que trabajar para lavarlas y plancharlas para purificarnos”, sentenció.
El padre Galeano señaló que en esta pandemia del COVID-19, en el dolor, la incertidumbre y la precariedad que afectan a la humanidad, María como madre consuela y da esperanza.
“La pandemia sigue dejando secuelas a las familias”, dijo el padre Galeano, al tiempo de pedir a la Inmaculada Concepción de María que consuele a las familias que sufrieron y siguen afectadas por este virus. Pidió también el fin de la pandemia.
Respetar la casa común
En otro pasaje de su homilía, exhortó a los fieles a cuidar y valorar la casa común, el medio ambiente, así como pidió el papa Francisco. “Para muchas familias, el río Tebicuary es fuente de ingreso. Respetemos para que siempre tengamos lo necesario. Ojalá podamos valorar la riqueza que Dios nos provee en forma gratuita”, dijo.
El párroco hizo un llamado a los laicos a trabajar unidos por la Iglesia de Villa Florida, en la catequesis y en la tarea de evangelización. “Pongámonos al servicio y dejemos esas diferencias que hacen mucho daño y crean enemistad inútil”, puntualizó.
Además, señaló que la Iglesia local necesita de animadores, catequistas que puedan compartir sus conocimientos con los niños y jóvenes para que puedan crecer en la fe. “El laico es todo bautizado y juntos podemos seguir avanzando mientras esperamos la segunda venida de Cristo”, concluyó.