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En total 35 reclusos se fugaron en diferentes puntos del país, desde penitenciarías, comisarías y rescates que se registraron en siete oportunidades en lo que va del primer semestre del año.
En el mes de enero pasado, cinco reos de la penitenciaría regional de Emboscada “Padre Juan Antonio de la Vega” se fugaron en la madrugada del viernes 9, al cortar un barrote de su celda, saltar al patio desde su pabellón de la planta alta y cortar tres tejidos perimetrales. Un funcionario penitenciario y un guardia privado quedaron detenidos como sospechosos de facilitar el escape. Los cinco evadidos volvieron a ser atrapados, durante el operativo policial uno de ellos recibió un disparo en la cabeza.
El 2 de febrero, diez presos que estaban recluidos en una de las cinco celdas de la Jefatura de Policía de Alto Paraná, con asiento en Ciudad del Este, se fugaron en horas de la madrugada al aprovechar que los agentes que debían vigilarlos se quedaron dormidos. Según admitió el agente que estaba a cargo de la custodia del calabozo, el suboficial 2° Gilberto Frutos Villalba, se quedó dormido en su guardia porque “estaba muy cansado” por los excesivos turnos que trabajó.
En la mañana del 14 de febrero tres peligrosos reclusos del Penal de Coronel Oviedo y lograron escapar del lugar tomando de rehén a uno de los guardias de seguridad. Los fugados de nacionalidad brasileña fueron identificados como Leandro Lessa, Roberto Torres González y Pedro Goncalvez.
En el mes de marzo diez internos se fugaron del Centro Educativo Integral de Itauguá, después de atropellar uno de los portones del citado correccional de menores y herir a un guardia. Tras ser alertados, efectivos policiales de distintas comisarías del departamento Central efectuaron un rastrillaje por los alrededores y lograron recapturar a nueve de los evadidos.
El viernes 12 de junio pasado, a las 09:00, un grupo armado interceptó y rescató a tres internos en las inmediaciones del kilómetro 21 de Capiatá, sobre la Ruta II. Los reos iban a bordo de un móvil de la unidad de traslado de internos, el cual se dirigía a Asunción, desde el Penal Regional de Ciudad del Este.
Según los datos, el ataque fue perpetrado por al menos cinco hombres armados con fusiles y que se movilizaron en una camioneta doble cabina verde y en otro coche azul, quienes detuvieron el móvil penitenciario al disparar contra los dos neumáticos delanteros y contra la cabina, tras lo cual redujeron a los guardiacárceles. Simultáneamente, los bandidos rompieron el candado que aseguraba la puerta trasera del vehículo y sacaron del interior a los tres convictos.
Fueron rescatados Cristhian Acosta, de 37 años procesado por hurto agravado; Héctor Wladini Chávez, de 24 años, brasileño, quien guardaba reclusión desde el 19 de julio de 2012, cuando fue capturado por la Senad en Villarrica con 41 kilos de cocaína, y Nelson Gustavo López González, de 23 años, supuesto asaltacajero.
Se sospecha que él fue el verdadero objetivo del grupo tipo comando, ya que se trata de un peligroso asaltacajeros, detenido por última vez el 18 de diciembre del año pasado, al comprobarse que participó en varios de los grandes atracos a bancos y transportadores de caudales que perpetró la megabanda liderada por el delincuente más buscado del país, Amado Ramón Benítez.
Para las autoridades penitenciarias la fuga de los tres reos que venían de Ciudad del Este a Tacumbú se trató en realidad “de una entrega”. A raíz de ello el fiscal Blas Imas imputó a Carlos Antonio Samaniego Martínez y a Juan Carlos Vallejos Casco y a tres funcionarios penitenciarios, Eladio Barreto y Víctor Duarte y el conductor de la furgoneta del Ministerio de Justicia, William Barboza, por liberación de presos.
También en esa misma fecha hubo un incidente en la cárcel de Pedro Juan Caballero. Luego de una revisión se percataron de que dos reos no estaban, que se escaparon en la madrugada. Se trataba de Fabio Pérez, paraguayo, de 18 años, procesado por homicidio doloso, y de Óscar Daniel Recalde Ramírez, paraguayo, de 29, condenado por homicidio doloso.
A raíz de ello se dio aviso a agentes de la Policía, quienes detuvieron a funcionarios que estaban de guardia y en el control policial hubo un confuso incidente donde murió el reo Rubén Darío Villalba, tras recibir una estocada en el pecho. Por ello el fiscal Balta Martínez decidió imputar a cinco guardiacárceles: Robert Daniel Quevedo Añazco, Aurelio Gómez Gauto, Ramón Amarilla Escobar, Justino Rolón Cantero y Concepción Arguello por la fuga de presos y omisión de dar aviso de un hecho punible.
El 22 de junio, a las 08:30, los reclusos estaban rumbo al Poder Judicial en 28 Proyectadas y Ayolas, donde los internos Javier García Santos, condenado por robo agravado, y Raúl Vicente Leiva, también con proceso por robo agravado, redujeron al chofer de la camioneta Ford, además de los guardias para luego escapar. Un funcionario que se encontraba en la carrocería no efectúo disparo alguno con el fin de evitar la fuga; al contrario, corrió a esconderse detrás de un árbol.
Como consecuencia el Ministerio de Justicia destituyó al director de la unidad penitenciaria industrial Esperanza Miguel Ángel Martínez. Asumió como interino José Luis Sanguinez Silguero.