Ya que hablamos de tecnología... pues sigamos. La intención es instalar en la ciudadanía el chip del modo Covid 19 de vivir; y ahora se le suma la “cuarenta inteligente”. Es así donde unimos los cabos de comportamiento social y de los vocabularios actuales de nuestra sociedad. La pandemia llegó y llegó para quedarse un buen tiempo. Todas las medidas de higiene, de ubicación, de movimiento o restricción nos llevan a vivir de manera distinta. Nos pone ante un desafío de atravesar la tormenta como lo denominó este viernes el ministro Mazzoleni enfrentándola con “inteligencia”. Ahí salta al tapete la “cuarentena inteligente” que es el próximo paso que todos vamos a dar. Es una etapa delicada donde los hábitos que aprendimos y en otros casos los reaprendimos serán clave para ir capeando la tormenta o finalmente retroceder a una cuarentena absoluta.
El modo Covid inteligente nos cambió la vida desde que despertamos hasta que nos dormimos. Cuán importante será que cada ciudadano/a sea consciente y responsable a partir de los próximos días. De manera tal que estos números auspiciosos que marcan una curva aplanada o de aumento lento prosigan por esa senda. Para ir tomando decisiones con cautela y sin expresar signos de victoria.
Este modo no es solo aquí, es para gran parte del planeta. La inteligencia será puesta en primer lugar. No porque rendiremos un examen en alguna escuela, colegio o universidad. Sino porque estamos ante el examen más difícil de todos, porque nuestra vida y la de nuestros seres queridos están en juego.
El capitán Julio Mazzoleni espera mucho de nosotros. Ve cambios de conductas que antes no se tenían. Eso no tiene precedentes. El ministro tiene la esperanza que si somos responsables en nuestras acciones en el famoso "Día después" de la cuarentena estricta, hasta que llegue la vacuna este calendario de liberación de actividades podría ampliarse; con el objetivo de que nos vayamos acercando a la tan anhelada normalidad.
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Seamos conscientes: esos abrazos, rondas de tereré, o reuniones de familias deberán esperar. Las muestras de cariño y los encuentros que se extrañan tendrán nuevas reglas con el metro y medio de distancia que persistirá. Esa actitud debe predominar indiscutiblemente. No cometamos errores que luego nos lleve a un arrepentimiento que será en vano.
La esperanza, resistencia y coraje ante un enemigo imperceptible deberán ser reforzados al máximo. Solo así tendremos el éxito que todos esperamos para que nuestros hospitales tengan capacidad con nuestros héroes de blanco en el frente de batalla.
Somos un pueblo aguerrido y es la hora en que esa aptitud que está en nuestra sangre salga nuevamente a relucir. Los resultados del modo Covid e inteligencia de conducta en lo que se viene pueden ser muy positivos para el bien de nuestro país.