El calificativo que tuvo Cartes de los Estados Unidos fue visto por algunos dirigentes de Honor Colorado como parte de un plan urdido por el presidente Mario Abdo Benítez. Cartes fue más lejos aún, al atribuir su caída en desgracia a una suerte de conspiración internacional de la izquierda y hasta aceptó estoicamente su papel de mártir de una causa (¿de la derecha internacional?).
Coincidentemente, el vicepresidente Velázquez ve como causa de su caída una traición de sus propios compañeros de ruta, entre ellos el presidente que, según cree, entregó su cabeza en bandeja de plata, logrando así librarse de una candidatura que nunca le gustó.
Algunas fuentes del oficialismo dicen, sin presentar prueba fiable, que en un mes habrá nueva conferencia en la Embajada y los anuncios afectarán de manera decisiva los recursos económicos de Cartes. No esta claro si la previsión se basa en informaciones o son simple expresión de deseos
Pese a todo, los colorados creen contar aún con la disciplina y el fanatismo de sus simpatizantes para ganar las elecciones. Sin embargo, realmente no están seguros de lo que pueda pasar con sus dirigentes en los próximas semanas, si habrá otros “significativamente corruptos” o algunos imputados o hasta extraditados.
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Tampoco pueden asegurar que habrá unidad granítica, más allá de lo que anuncien los presidentes de seccional.
La designación de Wiens creó roncha en el oficialismo. Además de la sospecha de Velázquez de que le hicieron “la cama”, algunos como la senadora Lilian Samaniego fueron completamente ignorados por Adbo Benítez en las decisiones tomadas.
Si el candidato títere cartista Santiago Peña gana, ganará Cartes. Es obvio que el líder de Honor Colorado sacará pecho y querrá tener protagonismo y visibilidad. ¿Qué harán los del otro equipo que tuvieron expresiones fulminantes en su contra?, ¿lo abrazarán?, ¿él querrá abrazarlos? No es descabellado creer que, como en 2008, muchos harán brazos caídos o sí, lisa y llanamente, conspirarán.
Este complicado escenario colorado puede parecer de buen augurio para la oposición.
Sin embargo, la enfermedad e internación de Fernando Lugo, líder de los sectores progresistas, y la decisión del presidente del PLRA de apostar por una compañera fórmula con perfil conservador como la exfuncionaria cartista Soledad Núñez, ponen en riesgo la continuidad del proyecto de unidad.
A los decepcionados de la izquierda por no haber sido tenidos en cuenta se les deben sumar los ciudadanos frustrados con la decisión de Núñez, a quien muchos veían como alternativa opositora a Efraín y no CON Efraín.
Un veterano dirigente político nos había dicho hace unos dos meses que no nos apresurásemos en sacar conclusiones porque muchas cosas que no sabíamos irían sucediendo. Y tuvo razón.
Ahora dice lo mismo. Lo malo, sospecho, es que él mismo no sabe bien qué cosas pasarán y a quiénes afectarán.