Responsabilidad afectiva, el acuerdo que evita daños emocionales

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La responsabilidad afectiva implica mirar el trasfondo de lo que conlleva un vínculo entre dos o más individuos, a fin de no caer en desacuerdos y daños emocionales.
La responsabilidad afectiva implica mirar el trasfondo de lo que conlleva un vínculo entre dos o más individuos, a fin de no caer en desacuerdos y daños emocionales.

La honestidad, el respeto y la empatía son algunos factores que caracterizan al concepto de responsabilidad afectiva. Para que un vínculo amoroso evite caer en daños psicológicos y emocionales, es importante llegar a un acuerdo sano en la relación.

Ceci era una joven que intuía un nexo de amor con Juan, su compañero de trabajo, pues sentía que ambos contaban con una conexión química. Aunque Juan y Ceci tenían en cuenta que, por más de que se atrajeran, no estaba confirmado ningún vínculo serio amoroso. Los compañeros se coqueteaban; entonces, para reforzar la relación, Ceci invitó al muchacho a cenar, él aceptó la salida y, cuando cayó la noche, Juan no apareció, pues como no eran novios, no le importó lo que llegara a pasar con Ceci y sus sentimientos.

Mencionar responsabilidad afectiva implica mirar el trasfondo de lo que conlleva un vínculo entre dos o más individuos, a fin de no caer en desacuerdos y daños emocionales. Este concepto busca que cada persona se haga cargo de sus relaciones, pues la acción predominante es no herir los sentimientos ajenos.

La conocida expresión “él ko no sabe lo que quiere con su pareja” contrapone el fin de la responsabilidad afectiva; normalmente son los jóvenes quienes buscan una relación sin saber qué clase de vínculo amoroso sobrellevar. Entonces, esta definición pretende que la persona, antes de asumir un noviazgo, sea empática y especifique lo que está buscando como, por ejemplo, ser solo amigos con derechos, sostener solamente un vínculo que no pase de la amistad o formalizar un romance serio, para no caer en confusiones.

Según la periodista argentina Soledad Gago, la “responsabilidad afectiva” es un concepto que se originó con las reivindicaciones feministas con el objetivo de repensar los vínculos de relacionamiento. Afrontar una relación con responsabilidad y evitar los daños emocionales componen las características de toda persona que se hace cargo de sus lazos amorosos de forma madura.

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Es importante repensar qué uno busca cuando asume tener una relación con alguien, pues cuando se tiene un timón que dirige el vínculo amoroso, la pareja sabe en qué clase de lugar se encuentra. Asimismo, una acción que refleja una mala responsabilidad afectiva es el “ghosting”, un vocablo que significa “hacerse del fantasma” y se da cuando en un vínculo de amor, una de las personas se esfuma sin decir ni explicar el porqué, dejando el “romance” a la deriva.

Lo ideal es que prime la honestidad en los acuerdos de pareja, pues exigir “responsabilidad” de alguien que no quiso una construcción de relacionamiento puede dar como resultado la conocida “relación tóxica”.

Por Ezequiel Alegre (18 años)