El ahora exsenador Paraguayo Cubas volvió a protagonizar un hecho de violencia contra un policía, antes de ser expulsado del congreso. Los legisladores de la Cámara Alta no desaprovecharon la ocasión para despojar de su investidura a Payo y expulsarlo de su puesto como senador de la nación.
“Akãpete” por aquí, gritos por allá, Cubas repartió golpes a algunos policías en el Alto Paraná porque, supuestamente, los agentes de la ley iban a liberar tres camiones repletos de árboles nativos que no cumplían con las medidas necesarias para ser talados. El ahora exsenador reaccionó con la violencia que lo caracteriza, pero está vez ya no fue sancionado, sino expulsado.
Los senadores argumentaron que se expulsó Cubas por la agresión a una concejala departamental de Patria Querida, golpear a policías, daños a bienes públicos y otras cosas más. De igual forma, los mismos dijeron que Payo cometió abuso de influencias, ya que se esconde tras sus fueros para golpear a los policías.
Nada justifica la violencia, pero ¿qué se debe hacer, si los que cometen los delitos son protegidos por los capos que, a platazo limpio, dejan ciega a la justicia? Quizás, si impresentables como Javier Zacarías Irún, Tomás Rivas, entre otros, hubiesen sido expulsados por los delitos de los que se les acusa, la destitución de Cubas no iba generar tantas críticas.
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Enrique Bacchetta, uno de los propulsores de la pérdida de investidura de Payo, mencionó a los medios que “el país gana con la expulsión de este legislador”. ¿Serán ciertas las declaraciones de Bacchetta? El exsenador del partido Cruzada Nacional había sacado a la luz el legajo de algunos militares que iban a ser ascendidos a rangos más altos, por más de poseer sumarios por cometer delitos comunes o vínculos con el narcotráfico.
Cubas era uno de los pocos senadores que no estaba siendo investigado por algún hecho de corrupción. Por otro lado, este político al parecer representa el hartazgo de los ciudadanos hacia los legisladores que no actúan a favor de la gente; cada golpe de Cubas a algún colega o policía es festejado por muchas personas en las redes sociales.
Mientras los parlamentarios no actúen con el mismo ojo crítico con todos sus colegas, los mismos seguirán “ganando” el repudio de la gente. También está demostrado que, si algún legislador pone el pecho contra la corrupción y las injusticias, será expulsado.
Resulta de vital importancia recordar la cara y los nombres de los legisladores que contribuyen con las injusticias y atentan contra la democracia, anteponiendo sus intereses propios a los del Estado. Ya no se debe elegir a los políticos que tengan antecedentes de corrupción y otros tipos de delitos, pues como dice la frase “el bandido ya no cambia". Quizás, de esta forma, a partir de las elecciones en 2023 nuestro país comience a tener un mejor futuro.
Por Alejandro Gauna (18 años)
