El deporte rey no solo se trata de 22 jugadores disputando una pelota para meterla en el arco contrario. El fútbol es todo un negocio que mueve mucho dinero, convoca a miles de personas y repercute en distintos ámbitos.
Las diferencias entre el fútbol europeo y el sudamericano son muy notables. Solo se necesita encender el televisor y mirar dos partidos para darse cuenta de que no es lo mismo ver la FA Cup de Inglaterra y la Copa Paraguay.
La calidad de vida en Europa es claramente superior a la sudamericana; la inversión en la infraestructura de los clubes, los equipamientos de juego, cuerpo técnico, físico, médico y la elevada paga a los futbolistas marcan las diferencias. Muchas veces, escuchamos que clubes nacionales llevan meses de retraso en los salarios de los atletas o que los estadios no cumplen con los requisitos para albergar un partido internacional.
En muchas de nuestras canchas, cuando el balón recorre al ras del pasto, da siete saltitos ante de llegar al pie del futbolista, en Europa, en cambio, la inmensidad del campo de juego parece una reluciente alfombra recién comprada. El juego en sí tampoco es el mismo: mientras que en nuestro continente las acciones se producen con más lentitud y espacios, en Europa la intensidad es mayor, el orden táctico es más estricto y todo debe realizarse a velocidad.
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Igualmente, para un europeo no será pan comido jugar nuestro fútbol, porque los sudamericanos se caracterizan por su brusquedad y sus mañas. Otra gran diferencia es que todo sudamericano amante del fútbol muere por la Champions, conoce a todos los jugadores y no se quiere perder ningún partido; pero, ¿cuántos europeos ven la Copa Libertadores? Muy pocos.
Lo cierto es que el fútbol europeo está en otro nivel en materia de infraestructura y preparación de los jugadores; pero que los futbolistas sudamericanos son los que le dan color a Europa es innegable. No sería lo mismo ver al Barcelona sin Messi, al PSG sin Neymar o al Manchester City sin el Kun.
La venida de Adebayor a Olimpia, siendo un futbolista que creció en las ligas europeas, será un gran experimento para ver cómo se desenvuelve el estilo europeo en nuestro fútbol. Técnicamente, el sudamericano no tiene nada que envidiar al europeo, pero a nivel de infraestructura y orden táctico, estamos a años luz de distancia.
Por Diego Benítez (20 años)